Entre las varias decisiones de un técnico antes de un
partido, una de las más importantes es la de qué tipo de delantero escoger para
saber cómo atacar o viceversa (saber cómo atacar para saber qué tipo de delantero
escoger). ¿Un delantero con presencia de área para abrir básicamente por aire
una defensa encerrada o un delantero técnico para penetrar básicamente por
tierra una defensa adelantada? ¿Olivier Giroud o Karim Benzema?
Claramente Didier Deschamps fue sorprendido por la postura
valiente de la Nigeria de Stephen Keshi. A diferencia de hondureños, suizos y
ecuatorianos, los nigerianos cancelaron la salida de Francia con las rotaciones
entre Victor Moses y Peter Odemwingie para cubrir a Yohan Cabaye, el pivote galo. Ahmed Musa,
quizá el mejor jugador del mundial para contragolpear por su velocidad después
de Messi y Di María, se quedó escorado en la derecha francesa de Mathieu
Debuchy cuando lo mejor era colocarlo en
esa avenida llamada Patrice Evra.
A esquemas cancelados y paridad de fuerzas, la diferencia en
cuanto a peligrosidad entre nigerianos y franceses fue la calidad individual de
Emmanuel Emenike y Olivier Giroud. Al entretiempo ya era claro que había sido
un error escoger a Giroud porque él es un delantero estilo Emenike y Emenike se
mueve mucho mejor. No por nada ambos jugadores fueron adquiridos a precios muy
similares (10 millones de libras) por Arsenal y Spartak de Moscú
respectivamente.
Acaso sea algo injusto presentar los diagramas de
rendimiento de Emenike y Giroud porque el nigeriano duró todo el partido y el
francés fue sustituido por Antoine Griezmann al 62. Pero es cierto que con la
entrada de Griezmann el juego de Emenike prácticamente también terminó.
Con Emenike sencillamente ocurrieron más cosas que con
Giroud:
Pero el cambio Griezmann-Giroud conllevó un dilema
complejísimo para Didier Deschamps. No fue tan fácil como que sacar al
delantero malo por el delantero bueno. Nigeria tuvo un par de grandes
oportunidades para irse al frente e incluso debió haber recibido un penal a
favor por grosero agarrón de Blaise Matuidi en tiro de esquina. Una tendencia
generalizada de la llamada 'clase media' en este mundial (y en particular de
los equipos de Concacaf) es echarse atrás tan pronto han logrado ventaja en el
marcador. Si Griezmann entra y acto
seguido Nigeria anota, entonces el delantero útil para abrir la defensa
encerrada es el roble Giroud y no el fino Benzema. La de Deschamps fue
entonces una apuesta arriesgadísima que afortunadamente para él fue favorable.
Partidos así por tanto nos llevan a concluir que a instancias de vida o muerte es mejor arrancar con los Benzema y traer de la banca a los Giroud. Iniciar con los van Persie y, una vez fea la cosa, terminar con los Huntelaar. Alinear a los Müller y recurrir a los Klose. No se trata pues de seleccionar entre mejores o peores delanteros, sino de posturas rivales y dilemas.
Partidos así por tanto nos llevan a concluir que a instancias de vida o muerte es mejor arrancar con los Benzema y traer de la banca a los Giroud. Iniciar con los van Persie y, una vez fea la cosa, terminar con los Huntelaar. Alinear a los Müller y recurrir a los Klose. No se trata pues de seleccionar entre mejores o peores delanteros, sino de posturas rivales y dilemas.