lunes, 23 de junio de 2014

Croacia 1-3 México: Niko Kovac como Diego Maradona


 La contundente victoria de la Selección Mexicana no admite discusiones ni regateos. Pero como para hablar de las virtudes de la escuadra de Miguel Herrera después de este marcador favorable está toda la prensa mexicana, prefiero usar estas líneas para explicar el porqué creo que Croacia se cayó a pedazos dramáticamente.

El México 3-1 Croacia de Brasil 2014 se parece bastante al Alemania 4-0 Argentina de cuartos de final de Sudáfrica 2010. Los patrones son idénticos: un equipo con cierto grado de talento individual (Argentina/Croacia) contra uno con cierto grado de orden táctico (Alemania/México). El que tiene talento individual busca la victoria a través de su talento individual y el que tiene orden táctico la busca a través de su orden táctico. Hasta cierto momento del partido, ambas oncenas están en paridad de fuerzas, pero repentinamente una anotación a balón parado de la escuadra ordenada destroza la organización de la escuadra talentosa e inevitablemente se produce una goliza.

¿Era Croacia la escuadra talentosa y México la ordenada? Hasta el gol de Rafael Márquez tras tiro de esquina en el minuto 72 las estadísticas de FIFA arrojaban algo así como un 63% de posesión croata del esférico contra un 37% de posesión mexicana. Hacia el final del encuentro ésta se niveló, pero aún así los de Kovac realizaron más pases y más pases completos que los de Herrera. De este modo se identifica que la escuadra talentosa quiere el balón y puede tenerlo porque tiene más talento que la escuadra ordenada, la cual finalmente prescinde del balón para crear espacios y/o contragolpear y/o aprovecharse de la táctica fija.



En Sudáfrica 2010, Diego Maradona presumía haber logrado acomodar a Messi, Tévez, Higuaín y Di María (El Apache y el Pipa por delante de la Pulga y el Fideo). El acomodo, no obstante, venía a costa de hacer que Javier Mascherano como contención cubriese por sí mismo océanos de espacio en la media cancha. El experimento albiceleste parecía funcionar hasta que en cuartos de final un testarazo de Thomas Müller venció a Sergio Romero tras un libre directo cobrado por Schweinsteiger. Cayó el 1-0 alemán y de ahí al colapso de una talentosa Argentina que perdía paulatinamente su poca organización con el correr de los minutos. El talento a costa del equilibrio.

Analizando las buenas actuaciones de Croacia bajo el mando de Slaven Bilic en los últimos seis años, uno sabía que aquél había logrado equilibrar el talento de los suyos con mediocampistas destructores y/o disciplinados tácticamente como Ognjen Vukojevic y Niko Kovac. Sin embargo el Niko Kovac seleccionador aparentemente no comparte la idea de Bilic y en este mundial experimentó con el talento puro de Modric y Rakitic y prescindió absolutamente del equilibrio.

El segundo gol de México, que cayó con 15 minutos reglamentarios por correr, demostró que Croacia ya se había colapsado. Si no lo metía Guardado lo metía Layún. Casi que por inercia.

Para su segundo gol, México contragolpeó con seis jugadores mientras que Croacia defendió con cinco. Obsérvese a Rakitic.
Posteriormente, el gol de Javier Hernández y el descuento de Perisic tuvieron en común la omisión y la acción de Rakitic. Si en el gol del Chicharito Rakitic pierde su marca flagrantemente, en el de Perisic el propio Rakitic se saca una asistencia de tacón dentro del área digna de Zinedine Zidane. ¿Qué debe pasar por la cabeza de Kovac?

En la conferencia de prensa previa al partido Luka Modric declaró que los croatas son más talentosos individualmente. Olvidó declarar que también son más desorganizados y ciertamente más ingenuos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario