Como dije ayer, cada uno de los partidos del Grupo D está
dejando una lección táctica para la posteridad. Para hoy planeaba analizar el
Suiza-Francia porque aún no he escrito sobre las escuadras de Deschamps y
Hitzfeld, pero el Italia-Costa Rica
ofrece un manual de casi todo lo que no se debe hacer ante una defensa de cinco
hombres. Se trata realmente del peor partido de Prandelli al frente de la
Azzurra y, a juzgar por sus declaraciones, él mismo lo sabe.
Durante la Confederaciones del año pasado, Prandelli probó y
gustó con la formación del 'árbol navideño' (4-3-2-1) que es exactamente la
misma con que venció a Inglaterra a través de los dos-a-uno en los costados
sobre los laterales contrarios. Así llegó el gol de Balotelli en Manaos: Matteo
Darmian subió por derecha para juntarse a Antonio Candreva y abrumar a Leighton
Baines. El árbol navideño funciona ante líneas de cuatro porque los escoltas de
Balotelli (Claudio Marchisio y Candreva) trabajan
sobre el interior del campo y abren espacio para las carreras laterales.
Tan sólo a los diez minutos del primer tiempo ya era claro
que el árbol navideño fracasaría con estrépito ante la línea de cinco de
Costa Rica porque Darmian y Abate encontrarían la marca de los carrileros enemigos,
Christian Gamboa y Junior Díaz. Marchisio y Candreva podían variar su
movimiento interior todo lo que deseasen: Yeltsin Tejeda (jugadorazo) y Celso Borges los tuvieron bien
cubiertos y además rotaban la marca con Duarte y Umaña en dos-a-uno defensivos.
Balotelli, para usar una expresión pueril, estaba literalmente encerrado en una
'jaula de pájaro'.
El sentido del ataque italiano es interior y embona a la perfección en el 'embudo' de Costa Rica. |
El partido para Italia pedía a gritos abrir el campo. Césare
Prandelli entonces tomó una apuesta arriesgadísima: Antonio Cassano de enganche.
Cassano es un jugador muy inteligente con su movimiento y volvió loco a Mats
Hummels en aquella semifinal de la Euro ante Alemania recordada por el festejo
más famoso de Balotelli. Pero Cassano también es famoso por intentar 'pases
ganadores' a riesgo de perder la posesión del esférico con facilidad. Así entró
y así le fue:
Cassano falló todo lo que tocó hacia adelante porque tocó todo hacia el centro. |
Con la entrada del errático Cassano Italia ya navegaba a la
deriva en un mar de pura vida. Las sustituciones de Candreva y Marchisio por
Lorenzo Insigne y Alessio Cerci a perfil cambiado fueron casi patadas de
ahogado. Entre más querían ellos cortar hacia el centro para hacer la diagonal,
más apretaban la red costarricense sobre sí mismos. En todo caso, debieron
haber jugado a perfil natural para buscar la línea de fondo y alzar centros al
área enemiga; a ver si por ahí sí.
Italia amenazó al frente casi tan poco como Costa Rica y la
diferencia residió en esos minutos de desconcierto italianos en que perdieron
la marca de Bryan Ruiz tras haber presenciado de frente el penal no marcado más flagrante en lo
que va del mundial.
En la última fecha nos espera el Uruguay-Italia, la madre de
todas las batallas.
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