miércoles, 18 de junio de 2014

España 0-2 Chile: El triunfo del bielsismo sin Bielsa


Yo siempre les digo a los muchachos que el fútbol para nosotros es movimiento, desplazamiento. Que hay que estar siempre corriendo… En el fútbol no existe circunstancia alguna, escuchame bien, no existe motivo alguno para que un jugador esté parado en la cancha.

Marcelo Bielsa.

    El aún vigente campeón del mundo no aprendió la lección de Holanda y persistió en su juego con defensa adelantada a sabiendas de carecer de la capacidad de presión, pressing, para ejecutarlo adecuadamente. En frente tenía a Chile, el Bielsismo hecho selección nacional.

Básicamente el pecado original de España en este mundial se llamó no correr lo suficiente. Yo sí creo que existe una idea superior a las demás en el fútbol –la de tener el balón y utilizarlo para atacar- y cierto es que Vicente Del Bosque y Jorge Sampaoli -bielsista confeso- coinciden en esa misma idea. Pero la diferencia entre una y otra escuadra fue su velocidad de ejecución.

Como se aprecia en la imagen siguiente, la línea de tres chilena (Silva-Medel-Jara) funcionó para sacar el balón por tierra desde el fondo ante la complacencia (¿o displicencia?) española. Chile, básicamente, abrió el campo y estiró a la defensa de España a través del movimiento lateral de Alexis Sánchez y Eduardo Vargas.

Con Alexis y Vargas abiertos, el recorrido de Aránguiz es básico para penetrar a España. 

Pero ni Alexis, ni Vargas, y ni siquiera Medel, fueron los jugadores más valiosos del encuentro. Dicho título le corresponde a Charles Aránguiz y, sobre todo, a Arturo Vidal. El primero, desde su posición de medio centro (marcado teóricamente hasta por tres adversarios: Iniesta, Alonso y Busquets) corrió 30 ó 35 metros y asistió de tacón a Vargas para el 1-0; sin mencionar que él mismo anotó el segundo gol. 

Pero quiero detenerme más en el segundo, en Vidal.

Para cuando Sampaoli lo retiró del encuentro al minuto 88, Vidal había recorrido en total 11 kilómetros. Esa distancia es normal en un medio o en un lateral, pero Vidal (y me remito a la imagen de arriba) fue junto a Alexis el hombre más adelantado de su equipo. En otras palabras Arturo Vidal jugó de delantero. Y fue así porque el crack de la Juventus, por decisión táctica, no permitiría que España jugase por tierra desde el fondo con todo el tiempo y comodidad que Chile sí disfrutó. Porque en el Bielsismo no existe motivo alguno para que un jugador esté parado en la cancha.

Vidal entonces representa el triunfo del Bielsismo sin Bielsa. Aránguiz asistió y anotó, sí; pero el ex Colo-Colo es universalidad: el que un individuo pueda jugar todas las posiciones. Hasta antes del aterrizaje de Marcelo Bielsa en Chile, Vidal era lateral en su club y contención en la selección sub 20. Con Bielsa, Vidal jugó de central en Sudáfrica y con Sampaoli es delantero en Brasil. El Bielsismo, la idea del fútbol total, del futbolista que defiende y ataca para tener el balón, triunfa en Vidal

La Roja de Arturo Vidal, a diferencia de su adversario en el Maracaná, sabe que en el fútbol hay que estar siempre corriendo.

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