sábado, 30 de junio de 2018

Messi o el dilema de Spiderman


El parteaguas para Peter Parker fue la muerte del Tío Ben. Ese Ungranpoderconllevaunagranresponsabilidad nada significaba para aquel joven que contaba el dinero conseguido usando sus súper poderes como peleador de lucha libre mientras un malhechor le pasaba por un lado.

Nunca fue recriminado por lo que ocurrió después, pues nadie observó lo que pasó. Sin embargo, su consciencia le mostró la responsabilidad abdicada y de ahí en más se explica su lucha en favor de los desprotegidos, aún a costa del dinero e incluso a costa del amor. La práctica del talento consiste en servir a los demás. Así nació Spiderman, el súper héroe sin privilegios.

Jugar de falso nueve, como en los tiempos de Pep, qué puede salir mal, seguramente pensó Leo mientras N'Golo Kanté le pasaba por un lado conduciendo el balón en la jugada que culminó en el lapidario cuarto gol de los franceses. Todo salió mal.

A él nadie se lo va a recriminar, pues las repeticiones jamás muestran sino al zaguero gambeteado y al guardameta vencido. Nadie nunca observa el comienzo de las acciones, pues ahí solamente aparecen las miradas perdidas y los pies sin rumbo.

"Con un gran poder viene una gran responsabilidad." Disponer al todo en función de una sola de sus partes implica que la parte en cuestión (con y sin balón) haga tanto o más que las demás. Tácticamente hablando, el falso nueve al estilo blaugrana involucra jugar con los zagueros tan adelantados que la presión del nueve, la punta de lanza, ante la salida rival es crucial.

De lo contrario, cualquier pelota filtrada es peligro de gol.


Estadísticamente hablando, Leo siempre fue el que menos corrió y el que más caminó entre aquellos de sus compañeros que disputaron completos los cuatro partidos que duró la participación albiceleste en Rusia 2018. "Es que a los privilegiados hay que privilegiarlos."

No obstante, saliendo de cambio en todos los partidos, Griezmann siempre corrió más que el diez.

Mientras este juego permanezca analizado desde las repeticiones de los goles, Messi únicamente será observado haciéndolos a favor y nunca permitiéndolos en contra.

Alguna vez un periodista le preguntó a Iván Rakitic por su opinión sobre su propio esfuerzo encaminado a permitir al astro argentino rondar furtivamente los linderos del área enemiga. "Lo hago con gusto, dado que él es el mejor de la historia," contestó.

Si yo alguna vez tuviera el gran poder de entrevistarlo a Leo, le haría una pregunta nada más. ¿Sabes cuál fue el lema del Tío Ben?

jueves, 28 de junio de 2018

Qué bueno que el Fair Play eliminó a Senegal


En cuestión de escasos minutos, el espigado delantero senegalés M'Bayé Niang estampó la palma de su mano sobre el rostro del defensor japonés Gen Shoji y con su codo fracturó el tabique nasal del compañero de Shoji, Makoto Hasebe.

Hasebe resistió la hemorragia y volvió al césped para protagonizar el merecido empate de Japón.

Según las reglas del juego de la FIFA, la imprudencia en la disputa del esférico se castiga porque compromete la integridad física del jugador. A Niang debieron expulsarlo por imprudente (no por alevoso) y por reiterativo, pero permaneció sobre el rectángulo verde y Senegal casi se sale con la suya.

Hace algunos años, jugando para el West Ham contra el Manchester City, Cheikhou Kouyaté, también seleccionado senegalés, casi le fractura el pómulo al español David Silva. Al igual que con Niang, no hubo intención de lesionar, pero sí hubo imprudencia.

Silva debió abandonar el terreno encamillado y conectado a una máscara de oxígeno.


Las estadísticas lo confirman: el conjunto africano fue el más violento del Grupo H de la Copa del Mundo. Ante Polonia fueron 15 faltas por ocho de los polacos y ante Japón fueron 14 por ocho de los japoneses. Solamente los colombianos, que también pegan mucho, fueron capaces de empatar a los senegaleses en el marcador de faltas: 15 contra 15.

¿El resultado? El peor partido de lo que va del mundial.

Cuando un equipo es reiterativo en las faltas, por supuesto cabe dudar razonablemente si la brusquedad es parte de su estrategia y de su táctica. No solamente se trata de detener el partido y de cortar el ritmo del rival, sino que también es cuestión de intimidación psicológica o provocación de más violencia.

Recuerdo bien, cómo no, al estratega senegalés, Aliou Cissé, como un valeroso zaguero central al lado del igualmente aguerrido Ferdinand Coly durante el mágico mundial de Corea y Japón 2002. La forma en que las rastas de ambos ondeaban al viento al correr justificaba el mítico apodo de "Leones de la Teranga".

Y es que aquellos leones eran todo pundonor, hombría, elegancia y lealtad. Aquel Senegal me enamoró y yo esperaba una versión similar en Rusia 2018. Ocurrió todo lo contrario y qué bueno que el Fair Play los eliminó de una vez.

miércoles, 27 de junio de 2018

Suecia contra la ciencia del fútbol


Una de las mejores películas que he visto en toda mi vida es sueca. En Fresas Salvajes (Smultronstället), dirigida por el legendario Ingmar Bergman, se narra el drama de un anciano científico de gran renombre, el doctor Isak Borg, quien una noche sueña con su propia muerte.

"Mi vejez es más bien solitaria. He llevado una vida de arduo trabajo, y estoy agradecido. Todo lo que comenzó como esa batalla cruel por el pan y la mantequilla ha terminado en un amor sincero por la ciencia," escribe Borg en su diario antes de irse a la cama y sufrir la pesadilla que lo hace despertar a su terrible soledad.

Así pues, el viejo doctor decide hacer su ego científico a un lado en pos de reconciliarse con los suyos y lograr darle sentido a su existencia antes de que sea demasiado tarde.

La "lección Borg", en lo futbolístico, la entendió el seleccionador alemán Joachim Löw, precisamente en la inútil victoria del depuesto campeón del mundo contra la misma Suecia. Teniendo el reloj encima, Löw hizo a un lado sus sofisticados discursos tácticos y metió al corpulento delantero Mario Gómez para vérselas con los zagueros escandinavos en esa batalla cruel por el pan y la mantequilla dentro del área.

                                               

Y es que, durante los últimos años, el sofisticado discurso científico de la táctica pareciera haberse adueñado del fútbol. Pareciera que aquel que no habla el lenguaje del "falso nueve", de las "transiciones" o del "juego posicional" no tiene lugar (o no debería tenerlo) en la mesa de la conversación de este deporte.

A final de cuentas, no solamente la Alemania de Löw, sino también los equipos más exitosos de la última década, tanto a nivel de selecciones como de clubes, han articulado narrativas complejas que hacen pensar que cuando saltan al campo ya van ganando dos a cero. En esas estábamos, cuando apareció la Suecia ya sin Zlatan...

Una Suecia que practica un fútbol practicable por cualquier equipo de amigos, compañeros de clase y colegas de trabajo en cualquier liga dominical de cualquier parte del mundo. Es uno en la portería, son cuatro atrás, cuatro en el medio y dos adelante. No hay ciencia más allá de eso.

Los holandeses semifinalistas del mundial pasado intentaron jugarles al Totaalvoetbal y acabaron eliminados a las primeras de cambio. Los italianos intentaron jugarles al Catenaccio y ahora están viendo el mundial por televisión.

Contra todo pronóstico, Suecia pasó a segunda ronda en su primer mundial en más de una década siendo el mejor equipo del grupo de la muerte y jugando el fútbol más simple de todo el torneo. Por ahí alguien mencionó que Suecia salió subcampeón de su propio mundial en 1958...

Justo el año del estreno de Fresas Salvajes, y de la historia del doctor Borg.

martes, 26 de junio de 2018

Suecia: breve disección en tres puntos



1.- Juegan al 4-4-2 y jamás modifican. A veces, la FIFA erra el parado táctico de las selecciones y los mapas de calor suelen exhibir la diferencia entre el parado supuesto y el parado real. Con Suecia, la FIFA siempre acierta.

                                         

¿Por qué no cambian nunca? Porque jugar con dos nueves de área garantiza situaciones de mano-a-mano en ataque contra los zagueros rivales en líneas de cuatro. Basta un balón aéreo para generar peligro, como se evidenció en el gol que Toivonen le metió a Alemania pese a la marca de Jerome Boateng.

2.- Atacan más por el costado derecho que por el izquierdo. Aunque teóricamente los suecos tienen más calidad individual en su banda izquierda, la banda del Emile Forsberg de la Bundesliga y del Albin Ekdal de la Serie A, de hecho fue el volante diestro Viktor Claesson quien asistió a Toivonen.



¿Por qué Claesson es, tácticamente, más peligroso que Forsberg? Porque, jugando por izquierda pero siendo diestro natural, Forsberg siempre conduce hacia dentro, donde hay menos espacio. Claesson, del Kuban Krasnodar ruso, también es diestro, pero jugando por derecha consigue generar más espacios desde donde alzar servicios al corazón del área (es el 7% del diagrama de arriba).

3.- Su hombre de seguridad en mitad de campo es Sebastian Larsson del Hull City. Mientras Ekdal es capaz de tirar pases más ambiciosos, Larsson brinda seguridad en el hemisferio derecho de la zona medular (total de 30 pases ante Alemania, con 87% de efectividad)


¿Por qué Larsson es tan importante? Siendo con mucha diferencia el escandinavo que más tocó el balón ante los teutones, cabe resaltar que la mayoría de sus toques son pases hacia atrás (para el zaguero diestro Mikael Lustig, ocho) o pases horizontales (para Ekdal, seis). Larsson es el eje sueco.

Así que...

¿Debería entonces Juan Carlos Osorio jugar con un esquema de tres centrales similar al que Nigeria utilizó para desarmar el 4-4-2 de Islandia? ¿O debería repetir su 4-2-3-1 incluso a expensas de quedarse mano-a-mano atrás, con la ventaja de tener a Héctor Herrera sobre Larsson?

lunes, 25 de junio de 2018

Si Sampaoli pudiera nacionalizar argentino a Vidal...


Rusia 2018 está significando el regreso del 4-4-2 contragolpeador al panorama internacional. Desde Portugal de CR7 y Guedes hasta México de 'Chicharito' y Vela pasando por Suecia de Toivonen y Berg, pareciera que los técnicos ya no saben cómo neutralizar este sistema.

Como seleccionador de Chile, Jorge Sampaoli fue un gran descifrador del cuatrocuatrodós. Utilizaba dos puntas bien abiertos (jamás un nueve de área), Alexis Sánchez y Eduardo Vargas, a fin de generar situaciones de mano-a-mano con los defensas laterales rivales, mismas que también podían convertirse en mano-a-mano con los zagueros.

Sampaoli nunca usó un nueve de área porque el nueve de área era Arturo Vidal. El hoy mediocampista del Bayern Múnich explotaba esa tremenda capacidad física arribando sorpresivamente desde la línea media para rematar libre de marca. La Copa América 2015, por ejemplo, fue una cátedra del 'Rey Arturo'...

... quien además era capaz de balancear a la escuadra andina regresando a posiciones defensivas sin el balón. El sistema de Sampaoli era ultraofensivo, pues tanto Sánchez y Vargas podían ingresar al área aprovechando las subidas por afuera de Jean Beausejour y Mauricio Isla. De este modo, Vidal era la clave, el eje central del equipo.

En su reporte táctico de Brasil 2014, la FIFA registró el rol de Vidal como número ocho.
¿Quién lo hubiera imaginado? Ahora con Argentina, el calvo seleccionador carece de ese todocampista capaz de conectar la media con la delantera. En Rusia ha intentado que Lucas Biglia y Enzo Pérez cumplan el rol de Vidal, aunque Vidal -en esa función específica- es el mejor jugador del planeta.

Óscar Tabárez con Uruguay ya se dio cuenta que la mayoría de las selecciones mundialistas usan el cuatrocuatrodós; y contra Rusia intentó solucionar el acertijo colocando a Rodrigo Bentancur en la posición de diez, detrás de Suárez y Cavani. Ciertamente el experimento resultó, aunque la falta de trabajo defensivo de Bentancur la compensó Cavani poniéndose a defender.

¿Qué hará Sampaoli? En la banca tiene a Banega, un buen jugador pero muy falto de la agresividad que caracteriza al chileno. Encomendado al cuatrocuatrodós, Sampaoli como seleccionador argentino está reducido a eso: a ser un mero seleccionador de nombres y no un estratega.

Cuántos problemas no sería capaz Vidal de solucionarle a Sampaoli en este momento tan complicado...

domingo, 24 de junio de 2018

Santiago Arias: ¿revelación colombiana?


Antes del arribo de Falcao y de James Rodríguez al fútbol europeo, los jugadores de Colombia con más cartel internacional eran un par de laterales: Juan Camilo Zúñiga y Pablo Armero.

Ambos jugaron en aquel Napoli dirigido por Walter Mazzarri que de a poco recuperó el prestigio del club tras vagar por las Series B y C durante años. Mazzarri los colocaba como laterales-volantes en una zaga de cinco hombres y así logró acomodar a Edinson Cavani, Ezequiel Lavezzi y Marek Hamsik adelante.

El sistema resultó un éxito, pues permitía a los atacantes asociarse por el centro del campo sin descuidar los costados. Incluso Antonio Conte imitó el esquema con su Juventus y se lo llevó consigo al Chelsea, donde salió campeón de la Premier con Marcos Alonso y Víctor Moses como los equivalentes de Zúñiga y Armero.

Juan Camilo Zúñiga era fundamental en el esquema de Mazzarri, imitado por Conte.

Sin embargo, la línea de cinco atrás en ocasiones puede estorbar el funcionamiento ofensivo de una escuadra si se considera que, incluso con la subida de los laterales-volantes, jugar con tres zagueros significa echar en falta a un mediocampista o a un delantero en zonas del campo más peligrosas.

De esto mismo se percató tanto Conte como su sucesor en la Vecchia Signora, Massimiliano Allegri. Si el primero resolvió el acertijo transformando al lateral español César Azpilicueta en un zaguero central, el segundo lo resolvió haciendo lo mismo con el brasileño Alex Sandro.

Así, jugando con un lateral en la posición de central, se puede conservar la solidez de la línea de cinco en fase defensiva y la versatilidad de una línea de cuatro en fase ofensiva. De hecho, en la derrota contra Croacia, Argentina intentó el experimento usando a Nicolás Tagliafico como lateral-zaguero junto con Nicolás Otamendi y Gabriel Mercado.

Ante Colombia, Polonia hizo lo mismo con el zurdo del Borussia Dortmund, Lukasz Piszczek; pero este se quedó anclado a la línea de zagueros, lo cual hizo al equipo europeo verse tan mal como la propia Argentina. Por ello resalta que Santiago Arias haya jugado como lateral-zaguero rindiendo al mismo nivel de Azpilicueta o de Alex Sandro en sus mejores momentos.

Colocando a Arias en la misma línea que Yerry Mina y Davinson Sánchez, Pékerman logró sacar lo mejor de Juan Guillermo Cuadrado (quien no debió salir de cambio contra Japón). Además, la Selección Colombia pudo formar por lapsos una línea defensiva de cinco hombres para darle libertad a Juan Quintero, a James y a Falcao en zonas centrales aprovechando contragolpes.

Gracias al aporte de Arias en los roles simultáneos de defensa central y defensa lateral, Colombia logró jugar con la jerarquía táctica de una escuadra italiana. No sería sorprendente verlo dejar el PSV de Holanda y seguir la estela de Armero y Zúñiga en la Serie A.

sábado, 23 de junio de 2018

Mexico's one concern: the lack of aggression by both of their full-backs


 One of the most heated debates between Juan Carlos Osorio and his critics revolved around his insistence on using center-backs at the full-back spots along a four-man defensive line: Oswaldo Alanís, Carlos Salcedo, Edson Álvarez and the like.

Although this relieves wingers like Hirving Lozano and Jesús Manuel Corona from defensive duty, it certainly reduces the number of offensive options against packed defenses. Consider, for instance, the 1-1 draw at Estadio Azteca against the United States in which Bruce Arena deployed a five-man defensive line.

In a certain sense, El Tri's second group game at the World Cup against South Korea was always going to be a typical Concacaf qualifying game. Mexico would dominate possession while the opposition would sit back and launch long balls on the counter.

Six minutes into the first half, Miguel Layún found himself in an one-on-one situation against Korean left full-back Kim Mimwoo. Layún dribbled time and again, waiting for Edson Álvarez to make an overlapping run which never arrived. At the end of the game, Mexico's two goals were produced by quick and ruthless counterattacking rather than by elaborate and wide playmaking.

It is telling that the Mexican left full-back, Jesús Gallardo, who is renowned for his aggression as a winger playing for Pumas UNAM, is yet to make his first cross of the tournament having featured in both the Germany and South Korea matches. The following heat map illustrates how conservative Osorio's approach remains in terms of the role of his full-backs, either in a 4-3-3 or a 4-2-3-1.

                                          

Of course the issue of lack of aggression by the full-backs is now just a minor detail as Mexico has found an impressive counterattacking system that is wrecking havoc in Russia. Yet, mentioning it is still important, because it should remind us that Osorio is now being deservedly praised for the same tactics for which he received much abuse in the past.

As things currently stand, Mexico finally have found a style of play which has its big pros and just little cons. 

viernes, 22 de junio de 2018

La flexibilidad de Tité con Brasil


El padre futbolístico de Paulinho es Tité. En aquel mágico 2012 en el cual el Corinthians de Sao Paulo derrotó al Boca Juniors de Riquelme en la Libertadores y al Chelsea de Drogba en el Mundial de Clubes, Paulinho la rompió gracias al 4-2-3-1 de su DT.

Es un sistema simple. Son dos mediocampistas en el círculo central: uno permanece protegiendo a los zagueros mientras el otro presiona la salida rival o tira desmarques para generar espacio adelante. Paulinho hacía esto último mientras Ralf le cubría las espaldas.

Cuando Paulinho salió de Brasil, Tité continuó exitosamente con el 4-2-3-1, ahora con Elías haciendo las veces de Paulinho. El sustituto brilló tanto que hasta Dunga lo convocó luego del mundial 2014 para sustituir... precisamente a Paulinho.

Una vez que Tité se quedó sin Paulinho ni Elías, cambió a 4-3-3 con Renato Augusto y Jadson a los costados de Ralf. Si mal no recuerdo, ganó el Brasileirao nuevamente, lo cual lo catapultó a la selección tras el bochorno verdeamarelha en la Copa América Centenario.

Entonces tomó decisiones controversiales. Arriesgó a continuar con el 4-3-3 de su etapa última en el Timao depositando su confianza en Renato Augusto y Paulinho (quien entonces militaba en el Guangzhou de China) para acompañar a Casemiro. Y es que, jugando en Conmebol, el 4-3-3 ajusta mejor que el 4-2-3-1 para el Scratch.

La FIFA siempre forma a Brasil en 4-2-3-1, pero la posición de Coutinho (11) confirma que es 4-3-3.

¿Por qué? Pues porque gracias al 4-3-3 son dos los mediocampistas que quedan libres para tirar desmarques y producir espacios ofensivos ante defensas encerradas. El gol que Philippe Coutinho le acaba de meter a Costa Rica en el minuto 91 para encaminar la sufrida victoria brasileña es un típico gol de Paulinho llegando por sorpresa desde atrás.

El 4-2-3-1 le funcionaba a Tité en Sao Paulo especialmente para contragolpear y aprovechar la capacidad del peruano Paolo Guerrero para fabricarse sus propias opciones de gol. En resumidas cuentas, encasillar a Tité como un estratega ofensivo o defensivo es no entender bien cuál es la estrategia de este peculiar seleccionador amazónico.

Su estrategia es sencilla: buscar hacer goles y buscar no recibirlos. Así de simple.

jueves, 21 de junio de 2018

Mandzukic: heredero de Jan Koller, heredero de Milan Baros


Son los jugadores quienes determinan el sistema y nunca al revés. Pero cuando además de talento tienen disposición para matarse defendiendo entonces jugar con sistemas imposibles se vuelve posible.

Así lo aprendí yo con la República Checa de la Euro 2004.

Lo tenían todo: un poderoso nueve de área en el gigantón Jan Koller del Dortmund, un goleador veloz en aquel Milan Baros del Liverpool, un fino enganche con un cañón en la derecha en Tomás Rosicky, un todocampista en Pável Nedved y dos de los elegantes en Galasek del Ajax y el legendario Poborsky.

Eran perfectos. Como equipo, siempre atacaban, y como equipo, siempre defendían. Alcanzaron semifinales humillando primero a la Alemania del adolescente Bastian Schweinsteiger y luego a la Holanda de Ruud van Nistelrooy. Sin embargo, un martillazo del griego Charisteas los mandó de vuelta a Praga cuando casi que tocaban el cielo con las manos.

Aquellos checos encarnaban a la perfección el concepto del "caballo negro", del "tapado" (como dicen en España). Quizás esta Croacia año 2018, cuya federación está inmersa en escándalos similares a los de la federación italiana durante Alemania 2006, pueda regresarnos a aquel cálido verano de hace 14 años.

Nadie merece tocar el cielo con sus manos más que Mario Mandzukic. Quienes no vieron jugar juntos en plenitud a Koller y a Baros pueden darse una idea viéndolo a Mandzukic: poderío físico, remate preciso y sacrificio en favor de los demás. Metes a Koller y a Baros en una licuadora y el resultado es Mandzukic.

En el 3-0 a Argentina jugó adelante junto con Ante Rebic y solamente Marcelo Brozovic corrió más que él.

A pesar de darle con sus goles su última Champions al Bayern Múnich, Mandzukic fue maltratado por Josep Guardiola, quien no paró hasta conseguir el fichaje de Robert Lewandowski. A pesar de anotar 12 goles en su primera temporada en el Atlético de Madrid, Mandzukic fue maltratado por Diego Simeone, quien no paró hasta conseguir el fichaje de Jackson Martínez.

A pesar de ser el segundo mejor goleador de la Juventus en su primera temporada (solamente por detrás de Paulo Dybala), la Vecchia Signora no escatimó y pagó 100 millones de euros para fichar a Gonzalo Higuaín, experto en golear al Cagliari, al Treviso y al Benevento.

En ese momento fue cuando Mandzukic dijo: "hasta aquí". "Si quieren que juegue en la defensa, en la defensa jugaré". Massimiliano Allegri no lo puso en la defensa, pero sí en el medio campo, como volante por izquierda. Mandzukic respondió con trabajo. Y con un golazo de chilena al Madrid en Cardiff.

 Nada más que por el recuerdo de los viejos tiempos viendo a República Checa atacar y defender, quiero que Mandzukic la rompa con Croacia en este mundial. Que vuelvan las historias de caballos negros.

miércoles, 20 de junio de 2018

El síndrome 'Gagonega' afecta gravemente a Uruguay


 Influenciado por el 'tiki-taka', el entonces seleccionador olímpico de Argentina en 2008, Sergio 'Checho' Batista, decidió juntar hasta cinco de los llamados 'jugones' en su once inicial: Riquelme, Messi, Di María, Fernando Gago y Éver Banega.

El esquema era el famoso 4-2-3-1 y se suponía que con esa materia prima la Albiceleste golearía, gustaría y ganaría. Pues bien, solamente ganó. De golear y gustar, mejor no hablar. ¿Cuál fue entonces la causa de aquel fútbol tan paradójico, lleno de talento pero falto de conexión?

La causa fueron los dos mediocampistas centrales, Banega y Gago. Surgidos de Boca Juniors casi en temporadas consecutivas, ambos tenían las mismas características: visión de juego, precisión en el pase y gran golpeo de media distancia.

El tema fue que, siendo ellos tan similares, casi idénticos, ambos intentaban desempeñar el mismo rol sobre la misma línea y terminaban pasándose la pelota horizontalmente una y otra vez sin poder avanzar un solo palmo de terreno.

A la selección uruguaya, generación 2018, le está sucediendo lo mismo con sus jóvenes y talentosos mediocampistas, Rodrigo Bentancur de la Juventus (quien también egresó de Boca Juniors) y Matías Vecino del Inter de Milán. En los siguientes mapas de calor del 1-0 contra Arabia Saudita se aprecia cómo corren siempre por la misma zona:


En la gráfica siguiente se aprecia mejor cómo ninguno de los dos (número 6 y número 15) pudieron variar su posicionamiento, lo cual es clave ante cerrojos defensivos y lo cual también explica, por ejemplo, el valor de un mediocampista más dinámico, tipo Arturo Vidal, en el balompié europeo.

                                        
Juntar a Bentancur y a Vecino tiene su lógica si la estrategia es contragolpear. Ambos poseen las características para buscar en largo a Cavani y a Suárez. Pero si el rival obliga a Uruguay a llevar la iniciativa (como pasó con Egipto y también con los árabes), uno de los dos sale sobrando.

Por ello, Egidio Arévalo era clave para Óscar Tabárez: era un mediocampista capaz de "morder" bien arriba (una recuperación suya contra el paraguayo Néstor Ortigoza acabó en un gol de Diego Forlán cuando la Celeste salió campeona de la Copa América 2011).

¿Qué hará "El Maestro' ante el síndrome "Gagonega" que ahora padece su escuadra? 


A Pékerman con Colombia el tiro le salió por la culata


Cuando Juan Fernando Quintero sacó ese zurdazo raso que sorprendió a Japón para el empate de la Selección Colombia, todo marchaba sobre ruedas y desde luego había que ir por más.

El razonamiento de Néstor Pékerman era lógico: empatar consistía en abastecer de balones a Radamel Falcao y así generar peligro mediante remates o faltas a favor. Y es sabido que el 'Tigre' ataca mejor cuando tiene un diez detrás; era el brasileño Diego Rivas en el Atlético de Madrid y era James en el Mónaco y es James en la selección.

Así, el sacrificado tras la roja a Carlos Sánchez debía ser el extremo por derecha Juan Guillermo Cuadrado (número 11 de izquierda a derecha en el diagrama de abajo). Sin Rodríguez de inicio, Pékerman arrancó con Quintero (número 20), quien empezó a asociarse con Falcao (9) luego de la salida de Cuadrado desde la posición del jugador de la Juventus.




Colombia resucitó. Al minuto 33 el enganche de River Plate habilitó al goleador del Mónaco para la primera peligrosa ante el guardameta nipón Kawashima. Cinco minutos después, otra habilitación de Quintero resultó en la controversial falta que significó la igualada momentánea.

No obstante, tarde o temprano la ausencia de Cuadrado cobraría factura: ¿Quién marcaba a Yuto Nagatomo (número 5 de derecha a izquierda)? El primer aviso de los del Imperio del Sol Naciente llegó al minuto 56, cuando Nagatomo y Takashi Inui exhibieron la soledad de Santiago Arias (4) y apenas cuatro minutos después el lateral Gotoku Sakai remató franco ante David Ospina por el otro costado.

Colombia se colapsaba y sucedió lo inevitable: el 2-1 de Yuya Osako.

El lugar que Cuadrado disfruta en el panorama internacional no solamente es producto de su técnica individual y de su velocidad con la pelota, también lo es de su disciplina táctica y de su velocidad sin balón. Recordemos la dupla hecha junto con Dani Alves por la banda diestra de la Juventus la temporada en que eliminaron con autoridad al Barcelona de la Champions.

Y es que, en circunstancias de inferioridad numérica, la teoría recomienda mantener dos líneas de cuatro, un hombre en punta, y atacar siempre por los costados. Pékerman apostó por dirigir los ataques por el centro y esto resultó ciertamente eficaz porque Falcao y Quintero resucitaron al equipo...

... pero, cuando la marea oriental comenzó a subir, tanto Johan Mojica como Arias quedaron con el agua hasta el cuello en zonas donde Japón tiene excelentes futbolistas (Nagatomo fue figura del Inter de Milán y Sakai llegó a la final de la Europa League con el Marsella).

Néstor José apostó por conseguir la victoria pese a las circunstancias adversas. Sin embargo, tener uno menos es demasiada desventaja frente a unos samuráis que supieron detectar dónde le duele a Colombia.

lunes, 18 de junio de 2018

¿Podrá Hummels rescatar a Alemania de la debacle?


Los de la televisión uruguaya fueron los primeros en darse cuenta. Algo no andaba bien. No solo era la desprolijidad de Luis Suárez contra Egipto; era también el heroísmo de Diego Godín lanzándose al ataque.

Colocar dos líneas de cuatro hombres en propio territorio está convirtiéndose en una barrera inquebrantable para los Suárez, los Messi, los Müller y los Isco. Sin embargo, Godín fue el primero en entenderlo: dichas circunstancias exigen del zaguero arrojarse con el cuchillo entre los dientes.

El segundo fue Mats Hummels.

Digno heredero de Franz Beckenbauer y de Matthías Sammer, el cinco teutón defendió con pulcritud y anticipó intenciones de pases rivales que, de haber fallado, hubieran terminado irremediablemente en su propia red. Por momentos fue sublime observarlo no perder esa elegancia tan suya ante la presión de once mexicanos en la cancha más los otros 40 mil fuera de ella.

Además, esa zurda prodigiosa proyectó trazos largos (tres), trazos medios (32) y apenas tres toques cortos (para Manuel Neuer). Según la FIFA, Hummels registró un porcentaje de acierto del 95%, lo cual es extraordinario hablando de un central con la técnica y el valor para alzar pelotas ambiciosas.



El panorama no es nada halagüeño para los monarcas defensores. Desde el 2002 los campeones de cuatro años atrás abdican su trono y también su corona sin meter ni las manos.

No fue sino hasta que Andreas Granqvist venció a Jo Hyeonwoo desde los once pasos que Suecia volvió a hacer de las suyas. Los encargados de eliminar a Holanda y a Italia habían llevado la iniciativa contra Corea del Sur y el 1-0 a favor los hizo regresar a sus viejas costumbres: dos líneas de cuatro en propio territorio. Apenas les remataron una vez.

Las dos líneas de cuatro implican también que al frente quedan dos hombres para contragolpear. Por eso los de la tele charrúa enfatizaron la figura heroica de Godín, porque cada ataque iniciado por el capitán de la Celeste venía precedido por un anticipo quirúrgico en parte baja.

Sistemas tácticos de Joachim Löw aparte, el hombre más importante de Alemania para la defensa de su título es Hummels. Solamente él, desde el fondo, puede crear el espacio que permanecerá cerrado para sus compañeros arriba ante adversarios que ya vieron que a la Mannschaft le duelen mucho los contragolpes.

El reto es gigante y la imagen es magnífica. El káiser Hummels contra la adversidad. Ojalá que se lesione el brazo y que aún así siga jugando.

domingo, 17 de junio de 2018

Juan Carlos Osorio final (y brillantemente) derrotó a Löw


Si no hubiera sido por las intervenciones quirúrgicas de Mats Hummels en defensa, la selección mexicana debería haber derrotado a Alemania por un marcador más abultado que el 1-0 final.

Los recuerdos de la paliza al Tri en la Copa Confederaciones del año pasado estaban frescos. En aquella ocasión, Juan Carlos Osorio optó por su 4-3-3 tradicional que fue exhibido implacablemente por el 3-4-3 de Joachim Löw, por la velocidad de Jonas Hector y Leon Goretzka.

Mientras que el primero se perdió este partido por lesión, el segundo se quedó en el banco de suplentes. Los campeones mundiales formaron con un 4-2-3-1 que fue replicado por sus adversarios mexicanos. Por lo tanto, la clave del encuentro fue el duelo en mediocampo entre Toni Kroos y Sami Khedira y Andrés Guardado y Héctor Herrera.

Es un dicho común en el fútbol que cuando dos escuadras se enfrentan usando las mismas tácticas los partidos son determinados por dos factores: calidad técnica por un lado, y nivel de ambición sin el balón por el otro. Es un dicho común, pero es cierto:

La estrategia de Löw se basó evidentemente en el tema individual mientras que la de Osorio se basó en la presión.

                                                     

Y es que no solamente el único gol del juego llegó tras una pérdida de Khedira a los pies del dúo dinámico de Guardado y Herrera, sino que otra oportunidad manifiesta para México a los 42 minutos ocurrió cuando Kroos concedió la posesión luego de un saque de esquina.

Carlos Vela sirvió para Miguel Layún. Este debió haber fusilado a Manuel Neuer, pero Hummels salió al rescate de la Mannschaft con un desvío casi imperceptible. Los alemanes tuvieron suerte de no recibir más goles a medida que Löw retiró a Khedira y dejó solo a Kroos en la mitad durante el segundo tiempo.

El Plan B de Löw (Marco Reus, Mario Gómez y Julian Brandt) buscó crear ataque desde los extremos porque su Plan A había consistido en generar fútbol en áreas centrales con los movimientos interiores de Julian Draxler, Mesut Özil y Thomas Müller.

No obstante, fracasó: el poner a Layún como volante diestro delante de Carlos Salcedo por parte de Osorio ayudó a mantener al mediocampo mexicano siempre con la guardia bien arriba y siempre bien posicionado. Layún quizás no tenga la habilidad de 'Tecatito' Corona, y todos sus disparos salieron fuera del marco, pero su disciplina fue fundamental para frustrar el juego teutón.

¿Así qué cuál fue la respuesta de Osorio tras el cambio de planes de Löw? El colombiano quitó el 4-2-3-1 y se la jugó por un 5-4-1, con el alto defensor Édson Álvarez como carrilero por derecha. La altura de Álvarez fue extremadamente útil al rechazar varios centros alzados a segundo palo por Joshua Kimmich, el mejor futbolista de Alemania solo por detrás de Hummels.

En resumen, la mayor victoria de Osorio también ha sido su mayor declaración de simpleza y pragmatismo. La ambición mexicana sin balón rindió frutos gracias al choque de 4-2-3-1 contra 4-2-3-1, en el cual cada futbolista conoce quién es su adversario individual. Herrera y Guardado cazaron a Khedira y a Kroos cual sabuesos contra zorros,

y el Profe Osorio por fin le hizo jaque-mate a Jogi Löw en el tablero de ajedrez.

Juan Carlos Osorio finally (and brilliantly) outsmarts Joachim Löw


Had it not been for a number of surgical interventions on the part of Mats Hummels in defence, the Mexican national team should have defeated Germany by a much larger margin than just 1-0.

The memories of the German thrashing against El Tri at last year's Confederations Cup were still fresh. In that match, Juan Carlos Osorio opted for his traditional 4-3-3 which was ruthlessly exposed by Joachim Löw's 3-4-3 system, by the speed of Jonas Hector and Leon Goretzka.

While the former was absent today through injury, the latter was an unused substitute. The world champions played with a 4-2-3-1 which was replicated by their Mexican contenders. Therefore, the key feature of the match was the midfield duel between Toni Kroos and Sami Khedira and Andrés Guardado and Héctor Herrera.

It is a football truism that when two teams battle each other using the same tactics, play gets determined by two factors: sheer quality on the one hand, and level of ambition without the ball on the other. It is a truism, but it is true: 

Löw's approach was evidently individual-oriented while Osorio's was pressing-oriented.

                                          

Not only did the game's only goal came after Khedira lost the ball to the dynamic duo of Guardado and Herrera, but also another clear chance for Mexico at 42 minutes happened when Kroos conceded possession under pressure following a corner kick.

Carlos Vela assisted Miguel Layún. He should have had fired past Manuel Neuer, but Hummels came to rescue Die Nationalmannschaft with an almost imperceptible deflection. The Germans were very fortunate not to have received more goals as Löw replaced Khedira and left Kroos alone in the middle during the second half.

Löw's Plan B (Marco Reus, Mario Gómez and Julian Brandt) sought to create attacks from the wings because his Plan A largely consisted in creating play within central areas with the narrow movements of Julian Draxler, Mesut Özil and Thomas Müller.

Yet, it failed: Osorio's placing of Layún as a right winger in front of full-back Carlos Salcedo helped to maintain Mexico's midfield always on guard and always positionally aware. Layún might lack the flair of 'Tecatito' Corona, and all his shots went off the target certainly, but his discipline proved crucial to foil German play.

So what was Osorio's response after Löw changed his plans? The Colombian ditched the 4-2-3-1 and went for a 5-4-1, with tall defender Edson Álvarez playing as a right wing-back. Álvarez's height was extremely helpful at blocking many crosses delivered by Joshua Kimmich, Germany's undisputed best player only after Hummels.

Summing up, Osorio's biggest victory has also been his biggest statement of simplicity and pragmatism. Mexico's ambition without the ball proved fruitful thanks to the clash of 4-2-3-1 in which each player knows exactly who's his individual contender. Herrera and Guardado hunted down Khedira and Kroos like hounds on foxes,

and Profe Osorio thoroughly outsmarted Jogi Löw at the chess table. Kudos to him.

sábado, 16 de junio de 2018

Sampaoli transformándose en Sabella




Con Argentina, todos comienzan intentando jugar con línea de tres atrás y terminan jugando con línea de dos adelante.

Hace cuatro años, en su debut ante Bosnia en Maracaná, la Albiceleste alineó al trío defensivo compuesto por 'Fede' Fernández, Garay y Campagnaro y, para el partido siguiente, se cambió a la línea de cuatro que ya no se modificó inclusive en la final perdida.

Alejandro Sabella había llegado pues a la conclusión inevitable: Messi lo condiciona todo, lo bueno y también lo malo. Así que el poner jugadores por delante suyo significa desequilibrar defensivamente a la escuadra. Esa fue la amarga lección aprendida por Maradona tras el 4-0 de Alemania en 2010.

No existe alternativa: es siempre Messi en el doble nueve con dos líneas de cuatro por detrás suyo. Hasta Ernesto Valverde lo sabe.

El problema ahora fue que, hablando en términos del famoso cuatrotrodós, Islandia es amo y señor de dicho sistema. Antes del 1-0 argentino en el Estadio del Spartak de Moscú, el lateral diestro Birkir Saevarsson le puso en bandeja una oportunidad inmejorable al volante zurdo Birkir Bjarnasson en una calca al carbón del primero de Islandia contra Portugal en aquel debut de la Euro.

Bjarnasson falló, pero demostró la peligrosidad islandesa y la esencia del cuatrotrodós en fase ofensiva: adelantar por afuera a los defensas laterales para alzar servicios al corazón del área.


De hecho, esa fue la razón detrás de la alineación de Eduardo 'Toto' Salvio como lateral a pesar de jugar más adelantado en el Benfica: el contar con un hombre de características más ofensivas que las de Gabriel Mercado. El 'Toto' desbordó y sirvió con cierta peligrosidad en un par de ocasiones...

... Pero sus balones no produjeron remates francos porque Sergio Agüero, a pesar de su velocidad e inteligencia, carece del poderío físico para derrotar en la batalla del músculo a los zagueros rivales. Aunque mediante su picardía característica convirtió su primer gol mundialista, el doble nueve con Messi clama a gritos por un rematador tipo Gonzalo Higuaín.

No hay más. Sampaoli habrá de llegar a otra conclusión inevitable: Messi no solamente condiciona el dibujo táctico, sino que también condiciona la elección de jugadores.

A partir de aquí veremos al 'Pipita' jugar de arranque y a Sampaoli convertirse de a poco en Alejandro Sabella II.

Francia... Quien falta no es Benzema, sino Payet


Pese a haber alcanzado la final en Saint-Dennis, La France jamás pudo enchufarse en su propia Euro. Rumania y Albania, dos de las escuadras más limitadas de aquel certamen, cerca estuvieron de sacarle un par de igualadas sin goles.

Pero entonces apareció Payet...

Ese pequeño mulato francés capaz de pausar la acción ya sea en círculo central, en los extremos o en las afueras del área. El diez del Olympique marsellés combina aquellas dos erres que parecen ya incombinables en el frenesí contemporáneo de este deporte: regate y reflexión.

Dos años después, la selección azul demostró que no ha cambiado nada. Ante un rival cuyo sorpresivo desempeño merece un análisis aparte que habrá de dejarse para después, la escuadra de Deschamps volvió a encomendarse a aquellas fórmulas mágicas del 4-3-3 y del falso nueve.

Son mágicas porque quien las usa parece esperar que el ataque se produzca como por arte de magia. Contra el entramado defensivo de ocho futbolistas australianos detrás de la línea del balón, ni los desmarques de Griezmann ni la capacidad regateadora de quienes le acompañaron por los costados hallaron espacios con consistencia.




Porque consistencia (o "volumen de juego", como le llaman los expertos) es lo que habría de esperarse de la riqueza de talento individual que presume el combinado galo.

Quizás habrá mucho Fekir, habrá mucho Pogba, mucho Mbappé y mucho Dembelé. Pero sí que falta una pizca de Payet.

En las redacciones parisinas de L'Equipe, Le Figaro o France Football acaso alguno dirá que su seleccionador debió reconsiderar el tema Karim Benzema puesto que el atacante madridista sabe jugar y hacer jugar saliéndose del área. "Es que para eso ya tenemos a Antoine", otro le responderá.

Claro: una cosa es saber jugar y hacer jugar desde el centro del ataque y otra muy distinta es saber jugar y hacer jugar desde zona de tres cuartos. Por ello Benzema y Payet son distintos. Y por ello, quien hace falta de verdad en esta Francia, es el diminuto Dimitri.
  

domingo, 3 de junio de 2018

El Tri de La Cofradía


Al calor de la apurada victoria de México contra Uruguay en la Copa América Centenario, Juan Carlos Osorio violó la ley no escrita del fútbol: lo que pasa en la cancha se queda en la cancha. Arrancando su rueda de prensa en el estadio de la Universidad de Phoenix, arremetió contra José María Giménez.

Pero si por el contrario, él lo entendió y decidió venir a agredirme después del juego, se lo quiero manifestar nuevamente, como se lo dije a él, es un comportamiento irrespetuoso, inapropiado de un profesional, que no solamente juega para uno de los mejores clubes del mundo, sino para una de las mejores selecciones del mundo y esos comportamientos no deben de ser aceptados en el fútbol profesional.

No entró en más detalles. Acto seguido se conectó consigo mismo usando su capacidad oratoria para mezclar fútbol y ciencia. Su escuadra había perdido una ventaja de 1-0 ante un rival con diez por la roja a Matías Vecino y solo logró recuperarla mediante un gol de Rafa Márquez tras corregir un mal control valiéndose de su mano derecha.

“En la psicología deportiva," dijo, "se habla mucho de jugar inhibidos cuando usted tiene el resultado en sus manos y eso aconteció con el equipo, le ha acontecido a muchos equipos y de élite, y por eso igualan marcadores y remontan marcadores, no hicimos ningún cambio ni se le dijo al equipo que se fuera para atrás".

El mal funcionamiento de una colectividad no solamente es estudiado por la psicología deportiva. Si bien esta puede explicarlo a través del concepto de la "inhibición", la ciencia política puede explicarlo a través del concepto de la "repatrimonialización":

Esto es, que al interior de la colectividad surja un grupo que tome las decisiones como si la colectividad misma fuera su patrimonio individual, o su coto de poder, a expensas del sentir de los demás.

"Repatrimonialización": dícese de la formación y enquistamiento de un grupito cerrado.

Mientras la psicología deportiva explica por qué un equipo juega mal un partido, la ciencia política explica por qué un equipo juega mal varios partidos. En términos futbolísticos esto último se conoce de dos formas: falta de competencia interna (José Juan Vázquez) y falta de recambio generacional (Rodolfo Pizarro).


Aunque durante la era del técnico colombiano la prensa mexicana se dividió entre el bando de sus seguidores y el bando de sus detractores, el único quien logró cambiar los términos de la discusión fue el narrador Christian Martinoli.

Lo logró lanzando al aire durante la transmisión de un amistoso molero esta expresión, "La Cofradía", la cual quita el énfasis de la figura de Osorio para ponérselo a la del grupo de jugadores:

Se supone que al conjunto representativo del fútbol mexicano deben asistir los elementos que vivan un buen momento y no aquellos que tienen una beca ganada por lo que fueron, o peor aún, por lo que siempre se ha dicho algún día podrán dar...

Desde hace un par de lustros, el Tricolor vive secuestrado internamente por una cofradía de elementos que lo único que han hecho vestidos de verde en competencias de alto calibre o frente a rivales de gran envergadura, es mostrar su ineficacia en momentos cumbre, por decirlo de manera elegante.

Llámesele "grupito" o llámesele "cofradía", la disfunción sistémica ocurre cuando el jugar para la selección responde al privilegio del pasado y no al mérito del presente.

Desafortunadamente, no fue sino hasta la eliminación en octavos de final en Rusia 2018 que la comentocracia mexicana se dio cuenta que había que poner en marcha un recambio generacional:
que había que cuestionar al grupo de futbolistas que vio desfilar directores técnicos como "Chepo", Tena, "Piojo" y Osorio, mientras ellos dormían en los laureles de los mundiales sub17, las medallas olímpicas y las experiencias europeas sin pena ni gloria. 

Una situación donde los seleccionados se seleccionan a ellos mismos es un comportamiento que no debe ser aceptado en el fútbol profesional.

Afortunadamente, la llegada de Matías Jesús Almeyda al banquillo del Tri significó el fin de la era de La Cofradía y el inicio de la era marcada por una nueva generación de jóvenes mexicanos con sed y hambre de gloria. Tras alcanzar el quinto partido en el mundial de Catar, Almeyda acalló finalmente a sus críticos y detractores de la televisión justificando el porqué la afición dejó de llamarlo Matías y empezó a decirle: "Mesías".