Para los grandes gurús tácticos del periodismo británico la
derrota de Inglaterra ante la Azzurra hace un par de años en la Euro supuso
adoración y fijación hacia la figura de Andrea Pirlo. -¿Por qué perdimos? - Porque dejamos que Pirlo dictase el ritmo del
partido-.
Dicho eso, también es cierto que la irrupción en
Premiership de Daniel Sturridge y Raheem Sterling más la adición de Wayne
Rooney y Danny Welbeck significaba a
priori que Pirlo no podría dictar el ritmo del partido frente a la defensa italiana como en aquella ocasión. La delantera del Liverpool es toda movilidad y
presión, y valerse de ella en el mundial significa para Roy Hodgson resolver un
sinnúmero de problemas en cuanto a recuperación y contraataque.
Pero Cesare Prandelli lo sorprendió. Si el Pirlo de
la Juventus es el Pirlo a quien Andrea Barzagli o Giorgio Chiellini buscan de
inmediato para que él diseñe el ataque bianconero, entonces Prandelli
simplemente lo sacó del frente de su defensa central y colocó en su lugar a
quien, para mí, es el mejor del mundo en ese puesto: Daniele De Rossi. El
símbolo de la Roma tiene más velocidad y además puede colocarse entre los
centrales para igual marcar en el hombre a hombre con el cuchillo entre los
dientes que mandar un trazo de 30 metros al pie del compañero.
Con Sterling y Sturridge sobre el césped, la cadencia de
Pirlo más que virtud debía transformarse en vicio. Prandelli entonces blindó a
su regista o deep-lying playmaker y lo adelantó en el terreno para que se enfrentara a futbolistas algo más lentos como Jordan Henderson y Steven Gerrard (hoy convertido en la versión
inglesa del propio Pirlo). Así se
aprecia en la imagen:
Nótese que De Rossi conduce el balón desde la defensa porque puede; tiene más calidad que un destructor como Thiago Motta, pero también tiene el oficio que Verratti echa en falta. |
Con los párrafos de arriba no quiero decir que la victoria
italiana fue perfecta: si bien Italia no se vio vulnerada por el centro gracias
a De Rossi, sí pareció bastante vulnerable debido a las idas sin retorno del
debutante lateral derecho Matteo Darmian y debido también, quizá, al pánico
escénico del central ítalo-argentino Gabriel Paletta. De hecho ambos jugadores
fueron exhibidos en el gol de Sturridge tras la velocísima combinación
Sterling-Rooney.
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