martes, 17 de junio de 2014

Brasil 0-0 México: Un Tri valiente, tenaz y absolutamente mal parado


   En el Castelao de Fortaleza los hombres de Miguel Herrera demostraron que el fútbol es 80 ó 90 por ciento agallas, garra, valentía, personalidad, corazón, perseverancia y tenacidad. Ese 20 ó 10 por ciento sobrante para la técnica y para la táctica, no obstante, nos ayuda a explicarnos el porqué Memo Ochoa acabó siendo el héroe imbatido de la tarde.

En un empate a ceros, la estadística que indica cuál equipo atacó más y cuál menos es el número de disparos. El Tri lo intentó 13 veces por 15 del Scratch. Hasta ahí los números cuadran. Pero cuando revisamos la cantidad de disparos con dirección a puerta encontramos que los de Felipao exigieron a Ochoa seis veces por sólo dos ocasiones en que Julio César puso manos a la obra. Brasil, ciertamente, disparó más y mejor.

Los siguientes dos diagramas ayudan a comparar la naturaleza de los disparos del Scratch con la de los del Tri. El primero es el brasileño y el segundo es el mexicano:

Las flechas azules son los disparos a puerta y las rojas son los desviados. Nótese la longitud de los disparos brasileños y la de los mexicanos.
Brasil disparó más y mejor porque disparó a menor distancia. México disparó menos y peor porque disparó a mayor distancia. Por lo tanto, el buen sabor de boca que dejó la entrega del Tri junto a su escasa peligrosidad y la heroicidad de Ochoa indican que la escuadra estaba mal parada.

Jugando con tres defensas centrales y dos carrileros, el Tri estaba mal parado porque utilizó a Márquez, Moreno y Maza para marcar a un solo hombre (Fred), mientras que Layún y Aguilar debían marcar a Ramires y a Óscar respectivamente. Como la delantera de Brasil está formada por jugadores inteligentes, éstos comenzaron a intercambiar posiciones para arrastrar no sólo a José Juan Vázquez, sino también a Andrés Guardado y a Héctor Herrera. Si a ello sumamos las incontables subidas de Dani Alves y Marcelo, entonces tenemos a un equipo mexicano que parecía estar jugando en inferioridad numérica: Gio y Oribe absolutamente aislados.

Quizá este diagrama lo ejemplifique mejor.

Con este esquema ante este rival, México pierde amplitud y penetración.

Sin embargo el párrafo de arriba es teoría. Lo que observamos sobre el césped es que la atajada más milagrosa de Ochoa surgió de un testarazo de Neymar (volante) quien venció en el aire a Márquez (central) casi al final del primer tiempo. Y que un rechace igualmente milagroso del Maza (central) para evitar un cierre de Neymar surgió tras un servicio de Bernard (volante) quien venció en carrera a Moreno (central) casi al inicio del segundo. Es decir, el dispositivo ofensivo de Brasil funcionó en cuanto a ensanchar y estirar al dispositivo defensivo de México para crear espacios y oportunidades de disparo a puerta.

Una actuación heroica y valiente de este calibre justamente deja un buen sabor de boca entre propios y extraños. Pero desde lo táctico la selección mexicana refleja el escaso tiempo de preparación con que llegó a Brasil. Ahora a esperar a Croacia y a tomar las cosas con mucha cautela.

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