jueves, 22 de agosto de 2013

Barcelona: también valdría fichar un ‘9’ roble.


   La mano del ‘Tata’ Martino, su pragmatismo, comenzó a notarse en un aspecto que tal vez no guste en los sectores más ortodoxos del Barcelonismo: la disposición a tirar balones largos y centros al área.

Frente al Atlético de Madrid, por la ida de la Supercopa, las estadísticas no dan lugar a duda sobre este nuevo Barça. Como siempre, los blaugranas tocaron la pelota más que su contrincante (697 pases contra 243); pero esta vez centraron más (13 por 10 del Atlético) e intentaron saltar las líneas con balones largos prácticamente el doble (87 ‘pelotazos’ por 47 del Atlético). Acaso esto no signifique una nueva tendencia en lo absoluto –centran y saltan las líneas con más frecuencia simplemente porque siempre tienen más posesión-; pero ello no significa que no se pueda crear juego y remates a partir de estos balones largos. Sin ir más lejos, el gol de Neymar fue un cabezazo tras centro desde la banda de Dani Alves.

(Tomado de WhoScored.com. Haz click para agrandar). 
Durante una década dirigiendo en el Paraguay, Gerardo Martino estuvo acostumbrado a jugar con ‘nueves roble’ proclives a machacar las defensas rivales con su sacrificio presionando y su disposición a jugar de un toque y aguantar de espaldas al arco: Hernán Rodrigo López, Roque Santa Cruz, ‘Tacuara’ Cardozo y – el máximo exponente por su inteligencia de esta clase de delantero guaraní- Salvador Cabañas. Un ‘9 roble’ es útil para equipos sin mucha capacidad para elaborar porque brinda una referencia de ataque a la cual tirar balones largos y centros. No obstante, un ‘9 roble’ es igualmente útil para equipos con la máxima capacidad de elaboración que, sin embargo, son neutralizados numéricamente por el enemigo en medio campo.

Y eso es lo que Atleti de Simeone hace usualmente contra el Barcelona, obstaculizar numéricamente a través del formidable trabajo de Diego Costa botándose. Así, los colchoneros quedan con cuatro mediocampistas libres para moverse en bloque y neutralizar a la medular blaugrana por intervalos cada vez más largos. Durante el primer tiempo, por tanto, fue natural observar a Mascherano y Piqué saltar la línea para buscar a Pedro y Alexis.

Fichar un ‘9 roble’ le vendría bien al Barcelona porque daría una alternativa cuando el rival bloquea la mitad del campo. Podría hacer lo que Messi, Pedro, Cesc, y Alexis no pueden realizar de espaldas a la meta teniendo a un central o a un lateral corpulento soplándoles la nuca: recibir, soportar un par de segundos vitales y descargar. Lo que es más, la simple presencia de esta clase de delantero fija a los centrales y crea espacio para los que vienen de atrás, como Axel Torrel comentó cuando David Villa alineó de titular frente al Milán hace algunos meses en la formidable remontada del Barcelona por octavos de Champions League.

Al Barça desde luego no puede llegar cualquier tipo de roble. Debería ser un roble que –además de dominar el juego aéreo para recibir la pelota larga- sepa descargar eficazmente manteniendo la posesión. Vicente Del Bosque, en el choque de semifinales contra Italia por Confederaciones, sorprendió ingresando a Javi Martínez como centrodelantero en los tiempos extra. El objetivo era ese: lograr elaborar a través del balón largo cuando las circunstancias no permiten desplegar el tiki-taka.

La plantilla del Barcelona no está completa: falta un delantero puro. Muchos piensan que lo que falta es un central. Sí, si es para alinearlo al lado de Mascherano y poner a jugar a Piqué como atacante bienvenido sea. De otra forma también valdría fichar un ‘9 roble’. 

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