Azteca colgó en su página los datos de Opta respecto del Panamá-México del viernes pasado y lo primero en saltar a la vista es la notoria falta de dinamismo del medio campo azteca. Sí, cierto es que los diversos defensas laterales y extremos de los que se ha valido el Chepo en los últimos meses tampoco han sido ejemplos de libro de texto en cuanto a dinamismo se refiere; pero también es verdad que este vicio en el centro del campo exacerba el mal funcionamiento del resto del equipo. La media cancha es sin duda corazón y termómetro de cualquier equipo de fútbol.
Desgraciadamente, la dupla Zavala-Torrado en el pivote en Panamá casi que tuvo prohibido pisar tres cuartos de campo durante los 90 minutos. La siguiente gráfica ilustra incluso que tampoco fueron muy prestos a hacer el relevo defensivo para darle sorpresa al ataque mexicano permitiendo incorporar a los defensas centrales o laterales al frente:
Como consecuencia del enfoque conservador asumido por el doble pivote de De La Torre, únicamente Jesús Zavala intentó un disparo de media distancia en el transcurso del partido:
Sin embargo no son los disparos de media distancia la consecuencia más alarmante de la falta de dinamismo del centro del campo (para disparar finalmente estaban Aquino, Giovani y Guardado); la consecuencia más grave es la cantidad y la calidad de pases producidos por Torrado y Zavala:
Como se desprende de esta última gráfica, los mediocampistas de Monterrey y Cruz Azul prácticamente no intentaron asistir a zona de peligro en todo el juego. Tuvieron un porcentaje alto de pases completos sí, pero en su mayoría se trató de pases horizontales sin amenaza para los panameños.
Conclusión: el medio campo de la Selección Mexicana funge únicamente como barrera de contención y no como plataforma de lanzamiento. Esto es resultado de un enfoque conservador de parte de la dirección técnica según el cual los delanteros sólo sirven para rematar, los extremos sólo para desbordar, los contenciones sólo para obstaculizar y así sucesivamente. El fútbol mundial, sin embargo, evoluciona en sentido opuesto: el delantero también presiona, el extremo también recupera y el contención también dispara y asiste.
Si el enfoque conservador viene de la dirección técnica, es la dirección técnica la que debe retroalimentar y corregir los vicios tácticos de su once titular. De lo contrario el Tri seguirá padeciendo el Hexagonal y la presión colgará sobre José Manuel De La Torre cual espada de Damocles.
Conclusión: el medio campo de la Selección Mexicana funge únicamente como barrera de contención y no como plataforma de lanzamiento. Esto es resultado de un enfoque conservador de parte de la dirección técnica según el cual los delanteros sólo sirven para rematar, los extremos sólo para desbordar, los contenciones sólo para obstaculizar y así sucesivamente. El fútbol mundial, sin embargo, evoluciona en sentido opuesto: el delantero también presiona, el extremo también recupera y el contención también dispara y asiste.
Si el enfoque conservador viene de la dirección técnica, es la dirección técnica la que debe retroalimentar y corregir los vicios tácticos de su once titular. De lo contrario el Tri seguirá padeciendo el Hexagonal y la presión colgará sobre José Manuel De La Torre cual espada de Damocles.
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