martes, 25 de junio de 2013

El Maracanazo 2.0 está cargándose en las botas de Cavani y Suárez.

  Brasil parte como claro favorito. Desde hace un año Uruguay es un desastre y lucha sufridamente por el repechaje sudamericano que le otorgue el pase al Mundial. Y sin embargo esta semifinal de Confederaciones entre el Scratch y la Celeste bien podría traernos de vuelta al cuadro charrúa de Sudáfrica 2010 y de la Copa América 2011. Esa escuadra cimentada sobre 3 pilares llamados Suárez, Cavani, y Forlán que reivindicó la validez de la garra en el fútbol moderno jugando con el cuchillo entre los dientes y la cara sucia.

Tácticamente, el Maestro Tabárez no tiene otra forma para vulnerar a Brasil que no sea atacar las espaldas de Dani Alves y Marcelo. La Canarinha ha basado sus ráfagas de fútbol en las subidas de los laterales del Real Madrid y del Barcelona. Como se desprende de la gráfica siguiente respecto al Italia-Brasil del domingo, Alves (2) y Marcelo (6) prácticamente juegan a la altura del medio campo obligando a Luiz Gustavo (17) a meterse como un tercer central entre David Luiz (4) y Thiago Silva (3) para cubrir las subidas laterales.

(Gráfica de Whoscored.com, haz click para agrandarla)

Usando a Cavani, Forlán y Suárez simultáneamente, Uruguay ha logrado sacar resultados formidables que en años recientes le aseguraron llegar a semifinales de un mundial y coronarse campeón de América sobre suelo argentino. Los tres son delanteros magníficos que saben jugar fuera del área, gambetear, centrar, asistir y disparar con precisión. La evolución de Cavani y Suárez es de resaltar: si la Celeste logró todo eso cuando ambos eran jugadores del Palermo y del Ajax, hoy que juntos valen más de 100 millones de euros se debe esperar que le pinten la cara a David Luiz y a Thiago Silva en el mano a mano sobre los costados del campo cuando éstos se encuentren cubriendo a Alves y a Marcelo.

Cavani y Suárez en los extremos (de preferencia jugando a pierna cambiada) casi que por su sola presencia pueden evitar las subidas de Alves y Marcelo y cerrar las válvulas de escape de la Verdeamarelha. No obstante, si Uruguay quiere amenazar la valla de Julio César es fundamental que los delanteros orientales encaren directamente a los centrales brasileños. Para ello Diego Forlán es indispensable. Cachavacha debe repetir el rol de Sudáfrica 2010 retrasándose al centro del campo para conectar a la media de contención con Cavani y Suárez, pero, más importante aún, para atraer ante sí a Paulinho y a Luiz Gustavo y generar espacio para las subidas de Maxi Pereira por derecha y Álvaro Pereira y Martín Cáceres por izquierda (tácticamente, prefiero a Palito Pereira sobre Cebolla Rodríguez).

Uruguay alinearía así: línea de 3 en el fondo con Lugano, central corpulento, ocupándose de Fred, delantero corpulento; para que Hulk, Oscar y Neymar tengan su prueba de fuego ante Godín y Cáceres ayudados por los Pereira. Egidio Arévalo saca lo mejor de sí con su selección en este tipo de instancias y le hará la vida imposible a Paulinho. Diego Pérez/ Álvaro González completarían el dúo de la contención.
 
                               

De esta forma el pequeño Uruguay podría volver a ponerse el cuchillo entre los dientes y a ensuciarse la cara para jugarle de tú a tú al gigante brasileño en su propia Confederaciones. El partido desde luego no será del agrado de los paladares más sofisticados; pero ésa es la escuela clásica charrúa que perdurará por siempre y más en un clásico sudamericano tan añejo como el fútbol mismo. 

El Maracanazo versión 2.0 es posible. 

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