jueves, 13 de junio de 2013

Japón quiere (y puede) ser caballo negro en Brasil.


 Japón tiene las armas y la estrategia para triturar todos los pronósticos y dejar al Scratch o a la Azzurra fuera de semifinales de la Confederaciones 2013. Japón ha cimentado un imperio emergente y temido en Asia que ya está listo para desafiar las apuestas de quienes dicen que Brasil e Italia arrasarán el Grupo A.

Los nipones tienen un once titular lleno de velocidad, técnica individual, disciplina táctica y sangre fría corriendo por las venas. Aunque la irrupción de Hiroshi Kiyotake en la Bundesliga con el Núremberg (10 pases para gol más 4 anotaciones) junto a su gran actuación en la victoria japonesa frente a la Francia de Ribery en Saint-Denis hace pensar que debería ser del cuadro inicial en Brasil, el técnico Alberto Zaccheroni lo toma con calma y previsiblemente formará con la base del campeón asiático de 2011.


                               

En este 4-2-3-1, Maya Yoshida del Southampton inglés comanda la defensa central; Nagatomo del Inter de Milán y Uchida del Schalke 04 hacen de las laterales niponas vías rápidas de desborde y centro; Endo y Hasebe del Osaka y Wolfsburgo respectivamente dan salida y recuperación al centro del campo; Kagawa del Man United y Okazaki del Sttutgart arrancan desde los extremos hacia el interior para dar profundidad; y Mike Havenaar, el japonés de padres holandeses, será ese 9 corpulento y arrastra-defensas que cualquier equipo necesita en su caja de herramientas.

El mejor futbolista de todo el cuadro es indiscutiblemente Keisuke Honda del CSKA de Moscú. Después de Endo, Honda es el mejor pateador japonés a pelota quieta y en movimiento. Zaccheroni lo hace jugar de 10 puro recibiendo pases verticales entre líneas de la dupla Endo-Hasebe desde terreno nipón para distribuir a discreción. No obstante, durante Sudáfrica 2010, el anterior técnico Takeshi Okada lo colocaba en el extremo derecho para aprovechar su cañón en la pierna izquierda, y posteriormente le otorgó el rol de único centrodelantero para explotar su habilidad, velocidad y fortaleza en el uno contra uno cuando Japón debió contragolpear. Keisuke Honda anotó y dejó rivales sembrados allá donde lo posicionaron.

Debido al temor que causa la selección japonesa en Asia, ésta ha sido ampliamente estudiada por rivales más rústicos como Australia, que sin embargo han logrado neutralizar el triángulo dorado Endo-Hasebe-Honda. Cuando esto sucede, Zaccheroni saca a uno de los dos extremos (en este caso a Okazaki por derecha), mete a un defensa central (pienso en Hiroki Sakai del Hannover) y cambia a línea de 3 en el fondo. Así, Nagatomo y Uchida explotan las bandas a placer esquivando a adversarios que ya se habían aglomerado en medio campo para bloquear al triángulo dorado: 


De esta forma, la escuadra de Zaccheroni tiene respuestas a los acertijos que le presenten Scolari, Prandelli y De La Torre. Si Luiz Gustavo y Paulinho logran bloquear a Honda, entonces Nagatomo y Uchida se arrojarán directamente sobre las espaldas de Dani Alves y Marcelo/Filipe Luis. Si Italia juega con creadores en el medio campo como Pirlo, Montolivo y Marchisio más De Rossi, Honda encontrará entonces a Shinji Kagawa y a Okazaki por los extremos. Si un equipo tan acartonado y temeroso como México sale con sus tradicionales dos líneas de 4 para cerrar espacios a los nipones, entonces Endo y Honda sacarán petróleo del balón parado; o entrará Kiyotake a romper el ostión azteca.

Japón es un equipo de respuestas. A aquellos que piensan que Brasil e Italia avasallarán el Grupo A, Japón responde que aún hay lugar para el caballo negro.

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