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miércoles, 23 de octubre de 2013

Real Madrid 2-1 Juventus: Conte se adapta pero se ve rebasado.


Antonio Conte prescindió de su tradicional línea de 3 atrás en favor de una de 4 para neutralizar al trío ofensivo del Real Madrid. Desconcentraciones defensivas de Martín Cáceres y Giorgio Chiellini aunadas a un pésimo arbitraje, sin embargo, arruinaron el trabajo táctico de la Vecchia Signora.

El Real Madrid se mostró como el equipo en formación que todavía es a estas alturas de la temporada y sólo manifestó superioridad sobre la Juve cuando ésta quedó en inferioridad numérica al minuto tres del segundo tiempo. Con 11 contra 11, la escuadra turinesa remató a puerta en diez ocasiones por cuatro de los merengues y buscó dominar la posesión sobre el césped del Bernabéu. Mención aparte merece Luka Modric, quien fue el futbolista blanco más buscado por sus compañeros (92 pases recibidos) y quien mejor distribuyó el balón (91% de efectividad). El croata paulatinamente se convierte en el metrónomo del nuevo Real Madrid.

El gran detalle táctico del partido fue el cambio de la Juventus hacia una línea de 4 en detrimento de la línea de 3 con la que suelen dominar la Serie A. Como escribí recientemente para Fútbol de Café, la línea de 3 tiene grandes fortalezas pero es vulnerable ante oncenas con un único punta: es fácil arrastrar a los centrales fuera de posición y abrir espacio para los extremos. Justo como inició el Real Madrid sobre el papel; Benzemá en la punta flanqueado por Ronaldo y Di María.

Sobre el césped fue otra cosa, Benzemá actuó como ‘shadow striker’ (delantero sombra) abandonando el espacio frente a los zagueros italianos para permitir la entrada de Cristiano Ronaldo, como ocurrió en el primer gol. El francés da cátedra de movimiento sin balón y cabe preguntarse si Cristiano Ronaldo brillaría tanto en un sistema con un 9 algo más vanidoso como Ibrahimovic. La UEFA hace públicos en su sitio los reportes tácticos de sus competencias y para este encuentro en particular es evidente la relación Benzemá-Ronaldo en cuanto a quién abre espacios y quién remata.

(Posiciones reales de los 22 futbolistas. Haz click para agrandar).
  Sin embargo, ese primer gol merengue demostró ser un evento único frente a la solidez turinesa. La gran noche de Cáceres (que ciertamente habilitó a Ronaldo en la primera anotación del portugués) desde la lateral derecha de la Juventus permitió a Barzagli y a Chiellini permanecer bien posicionados. Asimismo, jugar con 2 centrales mandando a la banca al tercero (Bonucci) ocasionó superioridad numérica de la Juventus en el mediocampo (Pirlo, Marchisio, Pogba, Vidal más las botadas de Tévez contra Modric, Illarramendi, Khedira más las botadas de Di María). Si el Real Madrid dominó ligeramente la posesión al medio tiempo, en gran medida fue por Modric y su enorme capacidad técnica.

La expulsión de Chiellini al inicio del complemento dio al traste con el gran diseño táctico de Conte y un Madrid con más rodaje bajo Ancelotti podría haber puesto más tierra de por medio en el marcador. Al final del día, Antonio Conte puede regresar a Turín tranquilo, y sus declaraciones post-partido lo reflejan: ‘probamos que podemos jugar a este nivel. Jugamos bien dentro de lo que cabe pero no es fácil quedarse con diez hombres. No creo que estemos en crisis como muchos decían antes del partido; en realidad creo todo lo contrario.’

Las circunstancias del partido rebasaron a Conte, sí; aunque también se demostró un técnico capaz de adaptar y dominar.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Napoli 2-1 Dortmund: Higuaín devora una defensa que paga la virtud de Hummels.

BVB vs Away team - Football tactics and formations
En un duelo entre dos formaciones miradas al espejo una a la otra (en tanto se jugó en igualdad numérica), los de Rafa Benítez se impusieron justamente exhibiendo las flaquezas defensivas de un Dortmund diseñado para salir con pelota controlada.

Los Partenopei dejaron definitivamente atrás su otrora característica línea de 3 centrales para alinear a Raúl Albiol y Miguel Britos en el corazón de la zaga; flanqueados por Maggio y Zúñiga por derecha e izquierda. Behrami e Inler conformaron la pareja de contenciones mientras Insigne, Hamsik y Callejón alinearon en tres cuartos detrás de Pipa Higuaín como único punta. Sin balón, el Napoli formaba 2 líneas de 4 dejando al eslovaco y al argentino como objetivos de los trazos largos; lo que terminaría costando caro a la defensa borusser.

Los de Klopp presentaron una alineación idéntica en San Paolo: línea de 4 con Hummels y Subotic como pareja central, y Schmelzer y Grosskreutz ocupando las laterales. La dupla de contención (Nuri Sahin y Lars Bender) siguió la estela de Mjitaryan como ‘10’ escoltado por Kuba Blaszczykowski y Marco Reus; quienes intercambiaron bandas constantemente hasta la expulsión de Weidenfeller. Lewandowski se desempeñó en su tradicional rol de falso ‘9’, botándose, asociándose y esperando la llegada de la gente de atrás.

¿Quién quiere profundidad y quién quiere amplitud?

Frente a la similitud táctica entre ambos onces, la diferencia radicó en las intenciones de Klopp y Benítez: Dortmund buscó perforar el centro con pases verticales y Napoli buscó abrir la cancha a través de trazos largos.

Ser profundo desde luego requiere más precisión y por tanto se necesitan futbolistas más talentosos y mejor trabajados tácticamente. El Borussia Dortmund cuenta con todo lo anterior y por ello maravilló al mundo la temporada pasada en Champions. Para ilustrarlo, basta recordar la construcción del disparo más peligroso de Lewandowski frente a Pepe Reina que a punto estuvo de ser el 0-1 a favor de la visita. Hummels conduce hasta mitad de campo, alza la vista y conecta una formidable flecha terrestre directa a los botines de Kuba, quien a su vez asiste a Mjitaryan y éste de primera habilita a Lewandoswki. Ante esa velocidad cualquier defensa -la del Napoli incluída- está sumida en la más absoluta indefensión.

No obstante, el derroche de calidad técnica de Mats Hummels -jugador que simboliza al Dortmund que sale jugando- disfraza las flaquezas de una defensa vulnerable a los pelotazos y a la táctica fija. Por increíble que parezca, Gonzalo Higuaín fue marcado por Marcel Schmelzer en los tiros de esquina que más peligro llevaron al área de Weidenfeller; y uno de ellos resultó en la anotación que desquició a Jürgen Klopp ante el cuarto árbitro (sí, Subotic estaba fuera del campo, pero alcanzó a regresar a tiempo para marcar a Britos). ¿Por qué un lateral izquierdo marca a un killer como Higuaín? Porque Hummels, sinceramente, todavía no sabe marcar y Klopp lo sabe.

Al final del día, el Pipa se dió un festín buscando las espaldas de la defensa del Dortmund y provocando la salida de Weidenfeller que provocó su expulsión.

(Higuaín remató 5 veces dentro del área de Dortmund, muchísimo más de lo que debería permitírsele a un delantero de su raza. Tomado de FourFourTwo.com)

Tras la expulsión y en ventaja, el Napoli controló a placer el rumbo del partido, como es de esperarse de cualquier escuadra de Rafa Benítez. El Dortmund, por otra parte, ha sufrido el porrazo de recibir un gol en un duelo cerrado ante un rival con una estructura táctica idéntica y con un Higuaín exhibiendo el lado obscuro de la virtud de Hummels.

miércoles, 24 de abril de 2013

Debacle en Alemania ¿hay una causa sistémica?



El Barcelona y el Real Madrid, clubes que entre sí aportan a 10 de los 11 titulares de la multicampeona selección española, fueron absolutamente rebasados por las circunstancias en el Allianz Arena y en el Signal Iduna Park. La Champions es un torneo competidísimo y es natural caer por diferencias ínfimas en fases de eliminación directa. No obstante la superioridad de Bayern y Dortmund se reflejó merecidamente en marcadores de escándalo que a priori muy pocos imaginaban.

¿Es que Heynckes y Klopp le ganaron la partida a Vilanova y a Mourinho? ¿Es que Dortmund y Bayern tienen mejores plantillas que Madrid y Barça  ¿Es que los onces titulares de los alemanes llegaban más frescos que los de los españoles?

La respuesta para esas tres preguntas es no. Hombre por hombre Borussia Dortmund y Bayern Múnich no son mejores que Barcelona y Real Madrid. Tácticamente Klopp y Heynckes están a la altura de Mourinho y de Vilanova. Y por supuesto las plantillas de los 4 clubes han sufrido por igual las penurias de una temporada larga e intensa en Europa.

Entonces ¿Cómo explicar la debacle del Barça y del Madrid en Alemania?

La causa es sistémica. Blancos y blaugranas no pudieron contener las ráfagas de juego de sus adversarios teutones. El Barcelona ni siquiera logró disparar al arco por jugada en 90 minutos y el Real Madrid ni con tres mediocampistas bajando a recoger el balón logró salir del agobio del BVB. Jugadores como Ribery, Schmelzer,  y Subotic –buenos, pero teóricamente debajo de los Iniesta, los Ramos y los Piqué- parecían Pelé, Carlos Alberto y Garrincha.

La causa es sistémica: semejante diferencia en el juego y en el marcador sólo puede atribuirse a que en la Bundesliga se juega con una tensión competitiva mayor a la de la Liga.

El Barcelona y Real Madrid chocaron en Alemania con la realidad. Esa realidad que dice que se han vuelto peces gigantescos nadando en un estanque demasiado chico. Mientras la Bundesliga ha visto un desfile de 5 clubes coronarse en la última década (Werder Bremen, Sttutgart, Wolfsburgo, Borussia Dortmund y Bayern Múnich), el título de La Liga española se alterna únicamente entre las vitrinas del Bernabéu y el Camp Nou. Mientras el Real Madrid y el Barcelona deben vérselas con clubes en bancarrota técnica o cuyas dirigencias adeudan meses de salario a sus jugadores, caso Zaragoza o Málaga, Bayern y Dortmund hacen lo propio frente a clubes humildes pero sanos ante estadios pletóricos como el del Colonia o el del Friburgo.

Estadios pletóricos. ¿Alguien ha visto lo que es el Coliseum Alfonso Pérez del Getafe, el Sánchez Pizjuán de Sevilla, el Mestalla de Valencia, o el Cornellá El-Prat del Espanyol en un fin de semana de Liga común y corriente? Recintos a medio llenar, butacas vacías, sensación de la nada. Así, incluso no es descabellado pensar que en Dortmund los jugadores del Real Madrid sintieron por vez primera en su vida el rigor de ser visitante frente al júbilo de los 80 mil hinchas borussers que año con año rompen todos los récords mundiales de asistencia.

Desde luego la Bundesliga está lejos de ser perfecta y para ello basta ver el escaso desarrollo de plazas tan tradicionales como Berlín y Leipzig por dar un par de ejemplos. Sin embargo, jornada tras jornada (y hasta antes de la nueva hegemonía del Bayern) se palpaba que cualquiera podía dejarse puntos en Schalke o Hannover. Durante los últimos años, en cambio, una visita del Barcelona o del Madrid a Pamplona contra Osasuna o a Mallorca vienen siendo 3 puntos seguros para la causa de los grandes.

El 4-0 y el 4-1 son señales inequívocas de que las consecuencias de una liga tan desigual como la de España han alcanzado a Barça y Madrid. Ambos clubes aún pueden hacerse de lo mejor del orbe en fichajes gracias a su increíble capacidad para recaudar dinero como los fenómenos globales de mercado que son.

Pero ¿cuál es el objeto de fichar a Neymar y a Gareth Bale para robar la Liga a media máquina si llegadas las instancias de vida o muerte en Champions Barça y Madrid vuelven de Alemania con cuatro goles en el costal cada uno?

La debacle en Alemania tiene causa sistémica. Debe reconocerse que de ahora en adelante en el desarrollo y la buena salud de clubes como el Zaragoza, el Celta o incluso el Xerez, está el interés del Barcelona y el Real Madrid. La Liga del duopolio blanco y blaugrana debe acabarse ya; de lo contrario se nos viene un monopolio alemán.