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miércoles, 22 de abril de 2015

Porto’s Lopetegui and Diego Reyes: the art of scapegoating

The argument goes that Mexican defender Diego Reyes was so lacking in confidence and out of position in such a tough scenario that his permanence on the pitch in Allianz Arena dangerously compromised Porto’s interests. Reyes, who, playing as a centre-back, nullified the likes of Leandro Damiao, Oscar and Neymar during the 2012 Olympics final, had just had 477 minutes in seven matches prior to his lineup and, to make things worse, was deployed in the ‘unfamiliar’ right-back spot. By the 33 minutes of the first half, already 3-0 down to Bayern, Julen Lopetegui would have realized his own mistake and subbed Reyes off for natural right-back Ricardo. 

Two more home side goals were to follow in the remaining 12 minutes.

The key to deconstruct such a shallow argument is to analyze events in the first half. For events I mean what Bayern’s attacks were about and not what Reyes did individually (a defender can complete brilliant stats and defend poorly a single set piece that screws up all his previous work). In this respect, this graph about Bayern’s created chances -blue arrows represent passes which lead to shots and yellow arrows represent goal assistances- is very eloquent:

(First half, taken from FourFourTwo's StatsZone)
As seen, the overwhelming bulk of Bayern’s attacks were carried across the heart of Porto’s midfield and Porto’s left side; that is, through the inside play of Thomas Mueller and Robert Lewandowski, and the outside play of Philipp Lahm. Indeed, when still at 0-0, the Pole had hit the goalkeeper’s far post after a quick interior combination with Mueller that showed how easy Bayern could dismantle the away midfield. Remarkably, what the graph also shows is that Porto’s right side just conceded a single created chance (the 1-0 by Thiago Alcántara); the flank covered by Diego Reyes initially and Ricardo subsequently.

The deconstruction of Bayern’s opener illustrates the actual pattern of Porto’s misery. In the one hand, seen from the perspective of a man-marking system, Diego Reyes stuck to Mario Goetze, Bayern’s left winger, and Ricardo Quaresma had to track back Bayern’s left full-back Juan Bernat. In spite that Reyes stuck tight to Goetze when he charged forward inside the box, Bernat was free to cross for Alcántara’s surprise surge. Albeit centre-back Maicon was really poor at Alcántara’s header, he can defend himself by arguing that the Spanish-Brazilian midfielder, again in a man-marking system, was left absolutely uncovered by Héctor Herrera. If, on the other hand, Porto’s system was zonal-marking, then Reyes should have been stationed on Porto’s right flank but then Goetze would be left free to go inside and able to provoke overloads in a far more dangerous zone for Porto. Man-marking or zonal-marking, the Portuguese side was thoroughly outplayed from the birth of Bayern’s attacks.

In other words, Lopetegui’s tactical plan (if one other than sitting very deep did exist) was a total disaster. One should contemplate and hail the Bayern Munich brilliance and Guardiola’s tactical masterclass over a side that almost self-destructed from the show given at Do Dragao. But, if your first reaction as a manager, when you see your side opened up in the midfield and the left side, is to make a straight swap in the right-back spot you are clearly trying to absurdly blame one single component of your system for its wholesale failure.

And that is scapegoating. Diego Reyes now at least knows that Champions League football sometimes implies lumping silently with despotic tyrants.

miércoles, 2 de octubre de 2013

ManCity 1-3 Bayern Múnich: Pellegrini equivoca ante Guardiola.

  Agradecidos deben estar los citizens por el error del Bayern que provocó la expulsión de Boateng en el tramo final del partido y que maquilló unas estadísticas de posesión y pases que no reflejan en totalidad la debacle del equipo de Pellegrini en el Etihad.

(Haz click para agrandar)
Tácticamente, el Ingeniero intentó aproximarse al ‘enfoque Atlético de Madrid’ usando dos líneas de 4 en las que sorprendió la inclusión de Gael Clichy y Micah Richards en detrimento de Kolarov y Pablo Zabaleta, los laterales de la estridente victoria ante el United hace 2 semanas. Fernandinho y Touré formaron el doble pivote con Nasri y Jesús Navas a los costados. Arriba, Dzeko y Agüero intentaron retrasarse ‘al estilo Villa-Costa’ de Diego Simeone con pobres resultados.

Guardiola sorprendió prescindiendo de Mandzukic para alinear a Müller como falso 9. Esto permitió usar a Kroos y Schweinsteiger como escoltas de Philipp Lahm frente a la línea defensiva de 4. De esta forma, el Bayern superó numéricamente al Manchester City en el medio campo y en el último tercio y sólo quitó el pie del acelerador cuando el marcador ya reflejaba el 3-0.

¿Pellegrini salió a esperar y a especular frente al Bayern? El chileno no es un técnico casado con ideología alguna y es común verle actuar así, realísticamente. Sin embargo, también suele pecar de exceso de realismo como cuando decidió alinear suplentes con su Málaga en el Santiago Bernabéu y el Madrid le recetó un escandaloso 7-0. Hoy ocurrió un baño bastante similar.

Si la idea era usar las dos líneas de 4 para esperar y lanzar a Agüero a velocidad aprovechando la adelantada línea defensiva del Bayern, la elección de la oncena del City fracasó. Aunque Jesús Navas quedó exhibido marcando a Ribery en el gol que abrió la cuenta, fueron Samir Nasri y Gael Clichy quienes observaron el show ofensivo del Bayern desde asientos de primera fila. Acompañar a Fernandinho y a Touré con Javi García, alinear a James Milner por Nasri, colocar a Zabaleta por derecha y mandar a Micah Richards a la lateral izquierda… varias eran las alternativas para blindar el terreno del Manchester City del agobio bávaro.

Una toma aérea del segundo gol del Bayern -el trazo largo de Dante hacia Müller con la complacencia de Clichy- ilustra la superioridad numérica de los de Guardiola sobre los de Pellegrini en el medio campo. Navas y Nasri parecen estar bien posicionados, pero en realidad Touré y Fernandinho están encerrados dentro de un cuadro cuyos vértices son Lahm, Schweni, Kroos y Ribery.

(Nótese la posición tan avanzada de los zagueros del Bayern: un arma de dos filos)
En el otro banquillo, las cosas parecen ir en la dirección correcta para Pep Guardiola. Una demostración de esta magnitud ante un candidato directo a conquistar la Premier confirma que la plantilla heredada por Jupp Heynckes no sólo es rica en calidad individual sino también en capacidad de aprendizaje. Sin embargo, la línea defensiva tan adelantada y el desgaste de la presión en campo contrario son áreas de oportunidad para los rivales del Bayern en etapas de vida o muerte.

Un partido que a priori ilusionaba por observar dos proyectos ricos en talento dirigidos por dos técnicos inteligentes acabó en la debacle del Manchester City frente al Bayern Múnich. En cuanto a táctica y en cuanto a oncena, no obstante, Pellegrini equivocó ante Guardiola.

martes, 16 de julio de 2013

Guardiola: borrar el legado de Heynckes en el Bayern-laboratorio.


 El Bayern Múnich que hizo trizas al Barcelona algunos meses atrás lo llevó a cabo de una forma soñada por estrategas como Mourinho, Rafa Benítez, o Alex Ferguson. No le quitó el balón ni intentó disputar la posesión. En cambio, Heynckes explotó las tradicionales debilidades blaugranas haciendo un partido más muscular en medio campo, más implacable en táctica fija, y más despiadado en contragolpe usando el perfil cambiado de Robben y Ribery en pos de permitir las subidas de Lahm y Alaba para asfixiar los espacios de Alves y Alba.

Mucho se habla y especula sobre el aterrizaje de Guardiola en el Allianz Arena. ¿Para qué cambiar radicalmente a un equipo campeón? ¿Por qué modificar la maquinaria de relojería heredada por Jupp Heynckes? ¿No sería mejor introducir cambios graduales en un grupo cuya química ya está probada?

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miércoles, 24 de abril de 2013

Debacle en Alemania ¿hay una causa sistémica?



El Barcelona y el Real Madrid, clubes que entre sí aportan a 10 de los 11 titulares de la multicampeona selección española, fueron absolutamente rebasados por las circunstancias en el Allianz Arena y en el Signal Iduna Park. La Champions es un torneo competidísimo y es natural caer por diferencias ínfimas en fases de eliminación directa. No obstante la superioridad de Bayern y Dortmund se reflejó merecidamente en marcadores de escándalo que a priori muy pocos imaginaban.

¿Es que Heynckes y Klopp le ganaron la partida a Vilanova y a Mourinho? ¿Es que Dortmund y Bayern tienen mejores plantillas que Madrid y Barça  ¿Es que los onces titulares de los alemanes llegaban más frescos que los de los españoles?

La respuesta para esas tres preguntas es no. Hombre por hombre Borussia Dortmund y Bayern Múnich no son mejores que Barcelona y Real Madrid. Tácticamente Klopp y Heynckes están a la altura de Mourinho y de Vilanova. Y por supuesto las plantillas de los 4 clubes han sufrido por igual las penurias de una temporada larga e intensa en Europa.

Entonces ¿Cómo explicar la debacle del Barça y del Madrid en Alemania?

La causa es sistémica. Blancos y blaugranas no pudieron contener las ráfagas de juego de sus adversarios teutones. El Barcelona ni siquiera logró disparar al arco por jugada en 90 minutos y el Real Madrid ni con tres mediocampistas bajando a recoger el balón logró salir del agobio del BVB. Jugadores como Ribery, Schmelzer,  y Subotic –buenos, pero teóricamente debajo de los Iniesta, los Ramos y los Piqué- parecían Pelé, Carlos Alberto y Garrincha.

La causa es sistémica: semejante diferencia en el juego y en el marcador sólo puede atribuirse a que en la Bundesliga se juega con una tensión competitiva mayor a la de la Liga.

El Barcelona y Real Madrid chocaron en Alemania con la realidad. Esa realidad que dice que se han vuelto peces gigantescos nadando en un estanque demasiado chico. Mientras la Bundesliga ha visto un desfile de 5 clubes coronarse en la última década (Werder Bremen, Sttutgart, Wolfsburgo, Borussia Dortmund y Bayern Múnich), el título de La Liga española se alterna únicamente entre las vitrinas del Bernabéu y el Camp Nou. Mientras el Real Madrid y el Barcelona deben vérselas con clubes en bancarrota técnica o cuyas dirigencias adeudan meses de salario a sus jugadores, caso Zaragoza o Málaga, Bayern y Dortmund hacen lo propio frente a clubes humildes pero sanos ante estadios pletóricos como el del Colonia o el del Friburgo.

Estadios pletóricos. ¿Alguien ha visto lo que es el Coliseum Alfonso Pérez del Getafe, el Sánchez Pizjuán de Sevilla, el Mestalla de Valencia, o el Cornellá El-Prat del Espanyol en un fin de semana de Liga común y corriente? Recintos a medio llenar, butacas vacías, sensación de la nada. Así, incluso no es descabellado pensar que en Dortmund los jugadores del Real Madrid sintieron por vez primera en su vida el rigor de ser visitante frente al júbilo de los 80 mil hinchas borussers que año con año rompen todos los récords mundiales de asistencia.

Desde luego la Bundesliga está lejos de ser perfecta y para ello basta ver el escaso desarrollo de plazas tan tradicionales como Berlín y Leipzig por dar un par de ejemplos. Sin embargo, jornada tras jornada (y hasta antes de la nueva hegemonía del Bayern) se palpaba que cualquiera podía dejarse puntos en Schalke o Hannover. Durante los últimos años, en cambio, una visita del Barcelona o del Madrid a Pamplona contra Osasuna o a Mallorca vienen siendo 3 puntos seguros para la causa de los grandes.

El 4-0 y el 4-1 son señales inequívocas de que las consecuencias de una liga tan desigual como la de España han alcanzado a Barça y Madrid. Ambos clubes aún pueden hacerse de lo mejor del orbe en fichajes gracias a su increíble capacidad para recaudar dinero como los fenómenos globales de mercado que son.

Pero ¿cuál es el objeto de fichar a Neymar y a Gareth Bale para robar la Liga a media máquina si llegadas las instancias de vida o muerte en Champions Barça y Madrid vuelven de Alemania con cuatro goles en el costal cada uno?

La debacle en Alemania tiene causa sistémica. Debe reconocerse que de ahora en adelante en el desarrollo y la buena salud de clubes como el Zaragoza, el Celta o incluso el Xerez, está el interés del Barcelona y el Real Madrid. La Liga del duopolio blanco y blaugrana debe acabarse ya; de lo contrario se nos viene un monopolio alemán.