viernes, 24 de junio de 2016

Elogio de Gary Lineker


Como la BBC no tiene los derechos de los grandes torneos de clubes, lo mejor de Gary Lineker, su comentarista estrella, aparece verano con verano cuando hay fútbol de selecciones. En Inglaterra existe una división entre fanáticos harto conocida: quienes prefieren a su club (usualmente gente de ciudades grandes con equipos tradicionales como el Everton o el Newcastle), y quienes viajan apoyando a Los Tres Leones (habitantes de ciudades menos grandes sin club de primera; por ello en las banderas aparecen los nombres de "Bristol", "Reading", "Taunton" y no "Manchester" ni "Liverpool"). A éstos se dirige Lineker básicamente.

¿Puede Inglaterra ganar el próximo Mundial?, fue el nombre de un documental presentado por él mismo, aparecido tras el bochornoso 4-1 que Alemania le propinó al entonces cuadro de Fabio Capello en Sudáfrica 2010. "Can England win the next World Cup? Gary Lineker goes in search of answers" se anunciaba así, porque hizo eso y nada más: viajar a España, hablar con Zubizarreta, con Piqué, Cruyff y Mourinho; ir con el mandamás de la federación inglesa y también al piso más alto de la sede de la Premier League en búsqueda de respuestas de quienes mueven los hilos del fútbol inglés. Con voz preocupada y seria, Lineker va planteando el problema de problemas y elabora su propia narrativa:

"Ésta es la misma enfermedad que ha evitado que alcancemos cualquier logro notable por más de 44 años".

Tercer máximo goleador histórico del equipo nacional y jamás infraccionado siquiera con una tarjeta amarilla, la autoridad moral que el Lineker futbolista le heredó al Lineker presentador hubiera bastado para hacer de él uno como tantos más: un comentarista hablando por inercia, automáticamente, sin audacia ni investigación, sin entrevistar ni hablar otro idioma. Respuestas comunes a una crisis futbolística tales como la falta de talento joven, de una idea de juego, exceso de extranjeros, la nostalgia por épocas mejores que no volverán y la crítica al negocio-fútbol aparecen todas en su documental. Pero, aparecen con una salvedad: están jerarquizadas dentro de una narración coherente -causa y efecto-, no aventadas aleatoriamente.

Comentar fútbol es un juego de retórica. De aventurar una explicación (¿por qué Inglaterra ya no gana nada?) y esperar que dicha explicación convenza a la gente. El comentario futbolístico parte de la premisa de que es esencialmente democrático: todos podemos hacerlo, aunque la opinión del ex-futbolista tendrá más peso que la del twittero o la del bloguero por motivos de mero poder carismático. El carisma, sin embargo, no debería bastar para hacer de un comentario una explicación indisputable:
Un comentario es cuando se entrega al lector una percepción como "verdad" sin preocuparse en informarlo sobre las tensiones de las cuales surgió esta "verdad". La afirmación se hace sin los medios para evaluar su validez.
Lineker pegó el salto de calidad porque llevó el comentario a la zona del auténtico periodismo a través de ese constante "ir en busca de respuestas". Se vale de su experiencia previa en los campos, sí, y de su trabajo comunicativo fuera de ellos, también. Así pues el ex-delantero del Leicester, renombrado en los ochenta por su hambre goleadora y su fino olfato de área, es hoy uno de los mejores comentaristas de fútbol cuya curiosidad insaciable le lleva a por nuevas historias allá donde estén. 

¿Podrá Inglaterra ganar el próximo mundial? Esperemos que no. De lo contrario, el problema que Lineker ha intentado resolver de una y mil formas, dentro y fuera de la cancha, habría quedado resuelto y su curiosidad habría quedado satisfecha. Y todos queremos más veranos así, con banderas inglesas con los nombres de Bristol, Taunton o Reading.

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