domingo, 19 de junio de 2016

¿De verdad fueron las rotaciones?


    La humillante eliminación mexicana de la Copa América Centenario empezó en los botines de Gary Medel. Corrían los primeros 20 minutos del choque cuando el Pitbull había proyectado ya un par de pelotas largas buscando la espalda de la dupla de centrales mexicanos. La primera de ellas forzó una barrida de último hombre de Néstor Araujo mandando a córner mientras la segunda exhibió a Héctor Moreno corriendo hacia atrás para el 1-0 de La Roja. Evidentemente, Osorio dispuso jugar con la línea defensiva muy adelante para presionar la salida desde atrás por tierra de los de Juan Antonio Pizzi.

¿Cuál fue la respuesta del campeón defensor? Salir desde atrás, pero por aire. Las primeras veces fue Medel, algunas Marcelo Díaz, otras el Rey Arturo, y algunas, menos acertadas, fueron de Claudio Bravo: todas buscando la superioridad en velocidad y en técnica de recepción de Alexis Sánchez y Edu Vargas sobre sus marcadores. Un éxito rotundo.

La equivocación de Osorio no fue de método (rotar alineación o no rotarla), sino de estrategia (jugar adelantado o esperar organizado atrás). El patrón táctico del 7-0, por ejemplo, fue sorprendentemente similar al de las golizas que solía llevarse el técnico portugués André Villas-Boas en su fugaz paso por la Liga Premier dirigiendo al Chelsea y al Tottenham. El blog británico de debate táctico, ZonalMarking, concluyó sobre la propuesta fallida del portugués y sobre su despido tras un 5-0 frente al Liverpool de Luis Suárez:

[Jugar con línea defensiva adelantada] es la característica definitoria de su estilo como entrenador, y aunque no es una táctica equivocada por sí misma, Villas-Boas repetidamente la usó en situaciones donde no cuadraba bien con sus propios jugadores, regalando mucho al rival. Eso, en otras palabras, es lo opuesto al objetivo de la táctica...

A pesar de que el debate de las rotaciones es el ariete más popular para golpear la joven gestión de Osorio, una crítica mucho más robusta a sus decisiones es que él pecó de obstinado por no adaptar su idea al material humano a su disposición, en vista sobre todo del material humano del rival. Jugar adelantado requiere de futbolistas capaces de cumplir con funciones adicionales a las que dicta su posición. Con el 0-0 aún en el marcador, México lanzó un trazo largo para buscar la espalda del propio Medel y fue entonces que Bravo salió de su área, bajó la pelota con el pecho para hacerse de ella y salió jugando por abajo vía Gonzalo Jara.

El fiasco significa reconocer los límites de los jugadores mexicanos seleccionables. Y también los límites que esto impone sobre los modos en que México puede jugar. Hay defensas disciplinados pero desorientados a campo abierto, porteros con mucha reacción bajo palos pero sin juego de pies, medios fantásticos que como por acto de magia desaparecen, delanteros letales dentro del área desprovistos de las virtudes para salir de ella. Los recursos futbolísticos del Tri obligan a otras estrategias. Los pies en la tierra.

Bien podría pedirse la cabeza de Osorio y traer en su reemplazo a alguna de las mentes maestras de la táctica contemporánea como Diego Simeone o Massimo Allegri y, no obstante, habrían de vérselas con la misma materia prima. Si el mea culpa del técnico colombiano es sincero y ha aprendido la amarga lección, conservarlo en el cargo al menos garantizará decisiones más sensatas y respuestas menos rebuscadas frente a la prensa. A final de cuentas la paliza que se llevó su equipo nos la llevamos y merecemos todos nosotros también.

4 comentarios:

  1. Otra excelente columna. Destacadísima por la sobriedad del análisis en las circunstancias. Espero que retweet de Martin del Palacio te traiga muchos lectores. Ya entrando en materia, leí otro análisis en rectángulo verde argumentando que México salió a esperar a Chile. Sin embargo, concuerdo más con tus conclusiones. Creo que la defensa mexicana se retrasó en algunos lapsos por la presión alta de los chilenos a modo de reacción no por planteamiento. Además el autor del otro análisis intenta culpar la ortodoxia de Ochoa (entiéndase que él no es portero-líbero como Neuer o Bravo). Concuerdo en que Ochoa no es el portero idóneo para jugar con línea alta, pero creo que JCO lo eligió anticipando muchos tiros en contra. Muchos de los goles cayeron en jugadas donde un portero con mejor achique como Talavera podría haber hecho más. Mas este análisis a posteriori es de poca importancia. Lo que realmente me interesa es saber tu opinión sobre el futuro táctico de la selección asumiendo que JCO permanece como DT. Yo vislumbro un equipo medianamente flexible pero sin una especialidad clara, a diferencia de Chile y su gegenpressing, o Argentina y su orden combinado con dependencia en individualidades. Me agrada la adaptabilidad propuesta por JCO; el tiempo y trabajo le darán el conocimiento de la materia prima y sus limitaciones. Me despido felicitándote por tu gran trabajo. Saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que todos los aficionados mexicanos interesados en táctica queremos que en México se juegue según las 2 grandes tendencias mundiales: el tiki-taka y la presión alta. Mi idea es que al futbolista mexicano le falta capacidad técnica para jugar a lo primero y capacidad física para jugar a lo segundo.
      Ambas cosas pueden trabajarse y desarrollarse, pero requerirá mucho tiempo y saber explicárselo sin discursos rebuscados a la gente y a la prensa, desafortunadamente.

      Eliminar
  2. Estupendo análisis, muy esclarecedor. Felicidades.

    ResponderEliminar