Básicamente, jugaría con Rafa Márquez como líbero en una ‘línea de tres’. Pero antes de explicar el porqué de mi elección, quiero hablar de Panamá. Demostrado está que la receta perfecta para estar al borde de la eliminación es la tradicional prepotencia que envuelve a dueños, directivos, técnicos, jugadores, periodistas y afición cuando el Tri debe vérselas frente a rivales del área; y que en consecuencia nos hace creerlas escuadras indignas de análisis para evitar tomarnos el trabajo de conocer sus nombres y maneras de jugar. ‘En Concacaf se juega con pelota cuadrada’, reza ese espantoso cliché mexicano.
Julio Dely Valdés manifestó que no respetaría jerarquías con sus dirigidos. Al inicio del hexagonal usaba a Luis Tejada como única referencia de ataque aprovechando su gran estado de forma con el Toluca finalista de hace un año. Cuando Tejada se apagó dramáticamente, Dely Valdés recurrió entonces a Gabriel Torres y a Blas Pérez para formar una dupla de ataque rica en movimiento y corpulencia que alcanzó otra histórica final de Copa Oro echando a México en semifinales. En cuanto a lo defensivo, la zaga conformada por Felipe Baloy y Román Torres del Millonarios de Bogotá ya ofrecía garantías cuando la irrupción del joven central Roberto Chen en la mencionada Copa Oro provocó su partida al Málaga de Bernd Schuster.
Esa Copa Oro, y en particular la final ante Estados Unidos, nos ofrece el esquema más aproximado a lo que Panamá buscará en el Azteca aprovechando que por diferencia de goles el empate les favorece. Con y sin balón, Dely Valdés parará dos líneas de cuatro con Pérez y Torres en punta. Frente a los de Klinsmann, ambos delanteros panameños rastrearon al medio campo rival negándole cualquier posibilidad de intentar pases verticales. Panamá no creó oportunidades de gol, pero tampoco permitió que se las crearan ante un adversario con más calidad línea por línea.
Torres y Pérez se cargan a la derecha para permitir la subida por izquierda del habilidoso volante Quintero Medina. Tomado de AmericanSoccerNow.com. |
Jugar con una línea fija de tres atrás, sin embargo, sería un obstáculo para México si Dely Valdés prescinde de Torres o Pérez para nutrir el medio campo o los extremos. En dicho escenario, uno de los tres centrales sobraría y en el peor de los casos los otros dos serían arrastrados hacia los costados abriendo espacio en el interior del área favoreciendo a Panamá. Por eso Rafa Márquez debe jugar como líbero, por que, como describió Michael Cox en Mexico’s fluid shape makes them dark horses previo a Sudáfrica 2010, ‘la libertad de Márquez es de subrayarse -él bien puede moverse 14 metros adelante de los otros dos centrales, dándole a México una ventaja numérica en el centro del campo’.
Márquez jugó como líbero con dos centrales atrás en el amistoso ante Inglaterra en Wembley en 2010 (aparece aquí cubriendo a Rooney): México dominó la posesión. Tomado de ZonalMarking. |
La conformación del resto de la oncena del Tri ante Panamá requeriría al menos un ensayo de siete páginas. Pero creo que la titularidad del Kaíser debe ser la piedra angular sobre la cual Vucetich arme un cuadro que busque abrir el ostión panameño a través de la amplitud y la profundidad: que Layún pueda hacer la pasada a las espaldas de Gio para que éste pueda girar hacia dentro y buscar el remate de zurda, que Lobos ocupe el espacio entre las dos líneas de cuatro de Panamá para combinar con Oribe de espaldas al marco, que el lateral izquierdo tricolor pueda buscar centrar desde su flanco a sabiendas que detrás tiene la espalda bien cubierta, etcétera.
¿Que con quién y cómo jugaría ante Panamá si yo fuera Vucetich? Por lo expuesto arriba, jugaría con Márquez y diez más.
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