Con Argentina, todos comienzan intentando jugar con línea de tres atrás y terminan jugando con línea de dos adelante.
Hace cuatro años, en su debut ante Bosnia en Maracaná, la Albiceleste alineó al trío defensivo compuesto por 'Fede' Fernández, Garay y Campagnaro y, para el partido siguiente, se cambió a la línea de cuatro que ya no se modificó inclusive en la final perdida.
Hace cuatro años, en su debut ante Bosnia en Maracaná, la Albiceleste alineó al trío defensivo compuesto por 'Fede' Fernández, Garay y Campagnaro y, para el partido siguiente, se cambió a la línea de cuatro que ya no se modificó inclusive en la final perdida.
Alejandro Sabella había llegado pues a la conclusión inevitable: Messi lo condiciona todo, lo bueno y también lo malo. Así que el poner jugadores por delante suyo significa desequilibrar defensivamente a la escuadra. Esa fue la amarga lección aprendida por Maradona tras el 4-0 de Alemania en 2010.
No existe alternativa: es siempre Messi en el doble nueve con dos líneas de
cuatro por detrás suyo. Hasta Ernesto Valverde lo sabe.
El problema ahora fue que, hablando en términos del famoso
cuatrotrodós, Islandia es amo y señor de dicho sistema. Antes del 1-0 argentino en el Estadio del Spartak de Moscú, el lateral
diestro Birkir Saevarsson le puso en bandeja una oportunidad inmejorable al volante zurdo Birkir Bjarnasson en una calca al carbón del primero de Islandia contra Portugal
en aquel debut de la Euro.
Bjarnasson falló, pero demostró la peligrosidad islandesa y
la esencia del cuatrotrodós en fase ofensiva: adelantar por afuera a los
defensas laterales para alzar servicios al corazón del área.
De hecho, esa fue la razón detrás de la alineación de
Eduardo 'Toto' Salvio como lateral a pesar de jugar más adelantado en el
Benfica: el contar con un hombre de características
más ofensivas que las de Gabriel Mercado. El 'Toto' desbordó y sirvió con
cierta peligrosidad en un par de ocasiones...
... Pero sus balones no produjeron remates francos porque Sergio
Agüero, a pesar de su velocidad e inteligencia, carece del poderío físico
para derrotar en la batalla del músculo a los zagueros rivales. Aunque mediante
su picardía característica convirtió su primer gol mundialista, el doble nueve
con Messi clama a gritos por un rematador tipo Gonzalo Higuaín.
No hay más. Sampaoli habrá de llegar a otra
conclusión inevitable: Messi no solamente condiciona el dibujo táctico, sino que
también condiciona la elección de jugadores.
A partir de aquí veremos al 'Pipita' jugar de arranque y a
Sampaoli convertirse de a poco en Alejandro Sabella II.
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