Los recuerdos de la paliza al Tri en la Copa Confederaciones del año pasado estaban frescos. En aquella ocasión, Juan Carlos Osorio optó por su 4-3-3 tradicional que fue exhibido implacablemente por el 3-4-3 de Joachim Löw, por la velocidad de Jonas Hector y Leon Goretzka.
Mientras que el primero se perdió este partido por lesión, el segundo se quedó en el banco de suplentes. Los campeones mundiales formaron con un 4-2-3-1 que fue replicado por sus adversarios mexicanos. Por lo tanto, la clave del encuentro fue el duelo en mediocampo entre Toni Kroos y Sami Khedira y Andrés Guardado y Héctor Herrera.
Es un dicho común en el fútbol que cuando dos escuadras se enfrentan usando las mismas tácticas los partidos son determinados por dos factores: calidad técnica por un lado, y nivel de ambición sin el balón por el otro. Es un dicho común, pero es cierto:
La estrategia de Löw se basó evidentemente en el tema individual mientras que la de Osorio se basó en la presión.
Y es que no solamente el único gol del juego llegó tras una pérdida de Khedira a los pies del dúo dinámico de Guardado y Herrera, sino que otra oportunidad manifiesta para México a los 42 minutos ocurrió cuando Kroos concedió la posesión luego de un saque de esquina.
Carlos Vela sirvió para Miguel Layún. Este debió haber fusilado a Manuel Neuer, pero Hummels salió al rescate de la Mannschaft con un desvío casi imperceptible. Los alemanes tuvieron suerte de no recibir más goles a medida que Löw retiró a Khedira y dejó solo a Kroos en la mitad durante el segundo tiempo.
El Plan B de Löw (Marco Reus, Mario Gómez y Julian Brandt) buscó crear ataque desde los extremos porque su Plan A había consistido en generar fútbol en áreas centrales con los movimientos interiores de Julian Draxler, Mesut Özil y Thomas Müller.
No obstante, fracasó: el poner a Layún como volante diestro delante de Carlos Salcedo por parte de Osorio ayudó a mantener al mediocampo mexicano siempre con la guardia bien arriba y siempre bien posicionado. Layún quizás no tenga la habilidad de 'Tecatito' Corona, y todos sus disparos salieron fuera del marco, pero su disciplina fue fundamental para frustrar el juego teutón.
¿Así qué cuál fue la respuesta de Osorio tras el cambio de planes de Löw? El colombiano quitó el 4-2-3-1 y se la jugó por un 5-4-1, con el alto defensor Édson Álvarez como carrilero por derecha. La altura de Álvarez fue extremadamente útil al rechazar varios centros alzados a segundo palo por Joshua Kimmich, el mejor futbolista de Alemania solo por detrás de Hummels.
En resumen, la mayor victoria de Osorio también ha sido su mayor declaración de simpleza y pragmatismo. La ambición mexicana sin balón rindió frutos gracias al choque de 4-2-3-1 contra 4-2-3-1, en el cual cada futbolista conoce quién es su adversario individual. Herrera y Guardado cazaron a Khedira y a Kroos cual sabuesos contra zorros,
y el Profe Osorio por fin le hizo jaque-mate a Jogi Löw en el tablero de ajedrez.
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